Una organización internacional formada para identificar a los muertos y desaparecidos en las guerras de los Balcanes de la década de 1990 se apresta a enviar a un equipo de expertos forenses a Ucrania, en momentos en que aumenta el saldo de muertos causados por la invasión rusa hace seis semanas.
Las autoridades en Kiev contactaron a la Comisión Internacional de Personas Desaparecidas para ayudar a identificar cadáveres que pudieran, de lo contrario, seguir anónimos en la niebla de la guerra.
Un equipo formado por un patólogo forense, un arqueólogo forense y un experto en recolección de muestras de ADN de cadáveres y de familiares para poder comparar, va a viajar a Ucrania a inicios de la semana próxima, dijo el viernes a The Associated Press la directora general Kathryne Bomberger.
Ellos van a identificar a los muertos, pero también van a documentar cómo murieron: una información que puede servir en investigaciones de crímenes de guerra en el futuro. El laboratorio de la organización, en una transitada calle en La Haya, va a crear una base de datos central catalogando la evidencia y las identidades de los desaparecidos.
«Tener una capacidad centralizada es absolutamente esencial, porque uno tiene que ver esto como una investigación sobre una enorme escena del crimen que está realizándose en toda Ucrania», afirmó Bomberger.
El equipo va a tener mucho trabajo que hacer cuando viaje a Bucha, donde las imágenes de cadáveres en las calles tras la retirada de las tropas rusas sacudieron al mundo. El alcalde de Bucha, Anatoli Fedoruk, dijo el jueves en la televisión ucraniana que se han hallado al menos tres sitios de masacres de civiles durante la ocupación rusa. Fedoruk dijo que centenares de personas han sido asesinadas y los investigadores están encontrando cadáveres en patios, parques y plazas de la ciudad.
Vlayslav Atroshenko, el alcalde de Cherníhiv, dijo que unos 700 soldados y civiles han muerto en la ciudad norteña durante la guerra. Dijo que, de esos, unos 70 cadáveres siguen sin ser identificados, de acuerdo con la agencia noticiosa estatal ucraniana Ukrinform.
La comisión, conocida por las siglas ICMP, tiene ya una relación de trabajo con la fiscalía de la Corte Penal Internacional y otras agencias de combate al delito, como Interpol y Europol, para compartir evidencia. El fiscal de la CPI, Karim Khan, ya inició una investigación sobre Ucrania.
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«Queremos asegurarnos de que trabajamos junto con las autoridades ucranianas para excavar adecuadamente estas escenas de crímenes e identificar los restos mortales, para que se pueda tener evidencia en el futuro para propósitos de juicios penales, no solamente a la CPI, sino también potencialmente dentro de las cortes en Ucrania», recalcó Bomberger.
La organización está a la vanguardia del uso de tecnología nueva en su minucioso trabajo para identificar cadáveres con base en muestras, incluso las más pequeñas.
«Hemos implementado una nueva técnica de extracción, que nos permite extraer más ADN de fragmentos más pequeños y dañados de una muestra de hueso», afirmó el gerente del Laboratorio de ADN, Kieren Hill. «Es un método muy único en términos de su aplicación al contexto de personas desaparecidas».
El viernes, empleados de laboratorio estaban trabajando meticulosamente en otros casos, tomando pequeños fragmentos de hueso con pinzas y raspando sus superficies en busca de ADN.
La ICMP tiene un sitio en internet en el que las personas en Ucrania pueden reportar anónimamente las ubicaciones de cadáveres y va a ayudar a los familiares de desaparecidos a someter muestras de ADN para identificarlos.
La comisión fue establecida para identificar a los muertos de las guerras de los Balcanes en la década de 1990. Sus laboratorios sofisticados están muy lejos de las lodosas tumbas colectivas en las que los expertos de la organización ganaron inicialmente prominencia entre los cuerpos descompuestos de la masacre en 1995 en Srebrenica, donde fallecieron más de 8.000 hombres y niños musulmanes bosnios.
Ellos ayudaron a darle nombre a los cuerpos que en algunos casos estaban despedazados y en algunos casos diseminados en diversas tumbas colectivas, luego de que las tropas serbobosnias sepultaron y exhumaron a los muertos en un esfuerzo para encubrir los rastros de su intento genocida para eliminar a los bosnios en Srebrenica.
La comisión se aseguró de que esos rastros no quedaran ocultos. El jefe militar de los serbobosnios, general Ratko Mladic y su amo político, Radovan Karadzic, cumplen ahora cadena perpetua por crímenes que incluyen genocidio. Ambos fueron hallados culpables en parte gracias a la evidencia recolectada por la ICMP.
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Financiada con contribuciones voluntarias de gobiernos, la organización ha ayudado desde entonces a gobiernos nacionales a identificar a miles de personas cuyos restos anónimos fueron recuperados de sitios como más de 3.000 tumbas colectivas y clandestinas.
Ha trabajado en escenas de crímenes y desastres en todo el mundo, como en Siria, Libia e Irak. Ayudó además a identificar a víctimas arrastradas por el tsunami de 2004 en el Océano Índico y extrajo ADN de muestras de huesos de 250 personas muertas cuando el huracán Katrina azotó Luisiana en 2005.
Ucrania pudiera resultar uno de sus retos más difíciles. La organización trabaja con las autoridades ucranianas para investigar y preparar causas en medio de una guerra.