Marco Tulio Trejo

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Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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Marco Trejo

Mientras nuestros gobernantes no valoren la vida de los guatemaltecos vamos a seguir viendo accidente tras accidente, donde perecen decenas de personas que viajan en las diferentes carreteras del país. Las estadísticas del Observatorio Nacional de Seguridad de Tránsito (ONST), reporta que hubo un incremento de siniestralidad vial comparado con las registradas en el 2020.

Estos datos demuestran que cada año tenemos más accidentes de tránsito, donde se ven involucrados pilotos del transporte liviano, transporte de carga, transporte colectivo y motocicletas. Pero aún con estos registros, que tienen al alcance de sus manos los encargados de velar por la seguridad vial, se hacen de la vista gorda y por ende la vida no tiene un valor para ellos.

En el 2021 ocurrieron 154 accidentes más que el 2020, donde se vieron involucrados pilotos del transporte de carga, que dejó 38 muertos más, mientras que los datos de lesionados si tuvo una reducción de 67 personas.

Sin embargo, en los 12 meses pasados los choferes de camionetas (transporte colectivo), se vieron involucrados en 533 accidentes, donde perdieron la vida 76 guatemaltecos. En este período se dieron 195 casos más, lo cual registra un incremento porcentual del 58 por ciento.

Pero el problema no queda allí, en las estadísticas de accidentes de motocicletas los datos son aún más alarmantes, porque en el 2021 ocurrieron mil 118 percances más que hace dos años, los cuales dejaron 309 muertes más que en el 2020. Estas estadísticas revelan que en el año que acabamos de terminar, hubo un incremento del 26 por ciento de siniestralidad en el parque vehicular de las motocicletas.

Estos números pueden ser fríos y pueden no significar mucho para algunos, pero los que si tenemos un valor por la vida nos preocupa ver todos los días como, las entidades de socorro, reportan percances viales y las autoridades encargadas de velar por la seguridad vial pareciera que son indiferentes ante este tipo de hechos y no se preocupan por implementar sanciones para combatir el “analfabetismo vial” en el que vivimos.

Pero a qué se debe ese analfabetismo vial en el que estamos inmersos, la respuesta es la corrupción que existe en los Centros de Evaluación de Conductores de Vehículos (CECOVE), donde se realizan las evaluaciones teóricas y prácticas para la obtención de la licencia de conducir.

En Guatemala cualquier persona, incluso personas analfabetas, pueden obtener una licencia de conducir, porque muchas academias manejadas por personas inescrupulosas se dedican al “negocio redondo”: la venta de licencias que por Q1 mil 200 las extienden sin hacer los exámenes correspondientes y sin leer la Ley de Tránsito vigente, donde se nos explica cuáles son nuestras responsabilidades y obligaciones al sentarse detrás de un volante.

Mientras estas estadísticas pasan por los escritorios de nuestros gobernantes, puede más la amistad y los compadrazgos politiqueros, que la seguridad vial, tanto el Director de la Dirección General de Transporte (DGT), como los diferentes jefes de las Policías Municipales de Tránsito (PMT) y el propio presidente de la República, no quieren ver la cantidad de pérdidas humanas y no tienen voluntad política para imponer sanciones drásticas contra los “malos conductores”.

El “honorable Congreso de la República” prefiere seguir en la pugna política en la que se ha visto inmersa en los últimos dos años, que ponerse a trabajar en aprobar una modificación a la Ley de Tránsito y su reglamento, con lo cual se podrían bajar los índices de siniestralidad vial que tenemos, pero como no les importa este tipo de problemas, seguiremos viendo morir mucha más gente sobre la cinta asfáltica.

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