Comencemos con una pregunta retórica, ¿por qué regalamos en Navidad? Sí lo tomamos desde el punto de vista de la historia, tenemos que remontarnos a la antigua Roma donde en estas fechas se honraba al dios Saturno con grandes banquetes e intercambio de regalos. O bien, en la entrega de regalos al niño Jesús por parte de los Reyes Magos. Tradiciones que se asentaron con el paso de los años y que hoy en día forman parte de la celebración navideña.
Sin embargo, es algo que también podemos ver desde un aspecto más emocional; pues dar regalos se vuelve en nuestro acto de amor hacia los demás, con el que buscamos fortalecer nuestro vínculo y relación con esa persona. De hecho, así lo rectifica Gary Chapman, en su libro Los 5 Lenguajes del Amor.
En el que menciona que los regalos son símbolos visuales de amor; y que no es algo material que se da para cumplir con una exigencia previa o necesidad, sino más bien una forma de buscar acercarse más a esa persona demostrando amor y confianza para que ésta pueda ver cuánto le conozco y me interesa ser parte de su vida.
VA MÁS ALLÁ DE LO MATERIAL Y ECONÓMICO
Entonces cuando regalamos estamos diciendo a la otra persona que pensamos en ella, que prestamos atención, que la consideramos y nos importa, yendo mucho más allá de lo material y económico.
Eso genera satisfacción y alegría tanto en la persona que recibe el regalo como en quien lo da. Así lo explica la psicóloga, Valeria Unfried, “porque es una forma de demostrar amor, cariño e importancia y biológicamente eso genera serotonina que es el famoso neurotransmisor de la felicidad”.
DAR ES UN ACTO DE ¿ALTRUISMO?
Con lo mencionado anteriormente, se podría decir que al dar un regalo ejercemos el altruismo. De acuerdo con la RAE el altruismo es “diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio”.
Buscamos entonces actuar de manera desinteresada, pero ¿acaso actuar de dicha forma no nos hace sentir bien a nosotros mismos? Eso es lo que diversos autores han planteado: la posibilidad de que ser altruistas, realmente tiene un trasfondo de interés personal.
Un artículo publicado por el sitio web Intelligentchange.com indica cómo dar, brinda múltiples beneficios a nuestra salud.
“diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio»
Lo importante es valorar y aceptar que el dar nos hace generosos; es un acto para demostrar cuánto nos importan los demás y que también lo hacemos por nuestra propia satisfacción sin hacernos sentir mal. Porque cuando nos sentimos bien promovemos un ambiente de paz, armonía y cariño con quienes nos rodean.
Por eso no necesariamente tiene que ser el obsequio más costoso, lo que está de moda o satisfacer una necesidad; lo que tiene valor es manifestar a la otra persona que las tenemos presentes, y que a la vez es un gesto que hace sentir bien a quien da y recibe.
Es un momento en el que de cierta manera nos ponemos en los zapatos del otro y generamos empatía por medio del regalo que buscamos específicamente para ese alguien; al mismo tiempo que ejercemos y dejamos volar nuestra creatividad.
Hay tantas cosas que podemos dar: desde nuestro tiempo, atención, consejos, un abrazo, unas bonitas palabras, una sonrisa, una carta o hasta un objeto material, y la Navidad es un momento ideal para hacerlo.
