Brasil anunció ayer que adelantará en dos o tres años su cronograma para eliminar por completo la deforestación ilegal.
La delegación brasileña a la cumbre climática de Glasgow informará sobre el objetivo de cero tala ilegal para 2027 o 2028, anunció el vicepresidente Hamilton Mourão a medios extranjeros el lunes. Eso es antes que el 2030, el año mencionado por el presidente brasileño Jair Bolsonaro en la cumbre climática encabezada por la Casa Blanca en abril.
Una meta más ambiciosa en términos de reducción de la deforestación ilegal en un período más corto sería, en mi opinión, extremadamente bien recibida por la comunidad internacional», indicó Mourão, quien preside el Consejo Nacional de la Amazonia Legal del gobierno brasileño, en una videollamada. «Y aclararía el compromiso del gobierno para trabajar en impedir que el cambio climático afecte la vida en la Tierra».La meta de 2030 de antemano representaba un reconocimiento al presidente estadounidense Joe Biden, quien había mencionado el historial medioambiental de Brasil en los actos de campaña del año pasado. Por su parte, Bolsonaro hizo campaña en 2018 con la promesa de liberar los recursos enormes de la Amazonia y minimizó los derechos y deseos de la población indígena de dejar el territorio vasto intacto. Su postura fue considerada por muchos como un aliento a la tala ilegal y a la minería irrestricta que llevó a un aumento en la deforestación y causó el clamor global.Bolsonaro ha dado marcha atrás a tal retórica beligerante al tiempo que aspira a limpiar la imagen ambientalista de Brasil y proyectar un gobierno responsable. Sus detractores han advertido que su cambio de postura es falso y que los datos que indican una menor deforestación los últimos meses no necesariamente representan una tendencia.