En medio de una epidemia de ataques de ransomware, Estados Unidos hablará esta semana con 30 países sobre estrategias de ciberseguridad, pero con una ausencia clave: Rusia.
El país que, a sabiendas o no, acoge a muchos de los sindicatos del crimen responsables de ataques de ransomware no fue invitado a la cumbre de dos días para desarrollar nuevas estrategias contra esa amenaza. El encuentro comienza.
En los ataques de ransomware, los ciberdelincuentes acceden a redes protegidas y bloquean los equipos informáticos hasta recibir un rescate.
Las conversaciones virtuales de esta semana se centrarán en parte en esfuerzos para combatir y perseguir a las redes de ciberdelincuentes como la que atacó en mayo a una importante empresa que gestiona un gasoducto en Estados Unidos, señaló un funcionario del gobierno. El ataque a Colonial Pipeline, que provocó escasez de gas en la costa este de Estados Unidos, se atribuyó a un grupo con base en Rusia.
La exclusión de un país con tantos lazos con el fenómeno del software extorsionista es un reflejo de las malas relaciones entre Moscú y Washington.
Pese a ello, Estados Unidos ha utilizado un «canal específico» para hablar de ciberseguridad con Rusia, indicó el funcionario, que informó a la prensa bajo condición de anonimato para comentar la reunión de esta semana, a la que asistirán unos 30 países y la Unión Europea.
El gobierno de Biden asumió el cargo en medio de una enorme campaña de ciberespionaje conocida como el ataque de SolarWinds, que funcionarios estadounidenses han vinculado con agentes rusos de inteligencia. Los ataques de ransomware, que suelen ser obra de bandas delictivas en lugar de grupos patrocinados por estados, han causado pérdidas de decenas de miles de millones de dólares a negocios e instituciones y se han convertido en una gran fuente de tensión entre Rusia y Estados Unidos.
Los pagos de estos rescates supusieron más de 400 millones de dólares en todo el mundo en 2020 y superaron los 81 millones de dólares en el primer trimestre de 2021, según el gobierno estadounidense.
El gobierno de Biden ha tomado medidas como sancionar una correduría de monedas virtuales con sede en Rusia que según las autoridades ayudó a al menos ocho grupos de ransomware a lavar sus ganancias y emitir directivas de seguridad que obligan a las empresas de ductos a mejorar sus ciberdefensas.