Flaminio Bonilla

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Flaminio Bonilla Valdizón
flamabonilla@gmail.com

Continuamos con la anterior columna del 14 de septiembre 2021. Mi padre estuvo asilado en la Embajada de Argentina-Guatemala de junio al julio en 1954 y se optó para quedar en el país, eso significado que tenía ir a la cárcel; por ello notificado a la Embajada y nuestra Cancillería guatemalteca, y entregándome a las autoridades de la Policía Nacional (PN). Un día de tantos llegaron dos jóvenes del Comité de Defensa Contra el Comunismo; estos fascistas del MLN quienes publicaron miles de “listas” de guatemaltecos y extranjeros “que son comunista” que era señalados marxistas. Estos patojos estúpidos prepotentes y actuaban con arrogancia como autoridades pro-cónsules “puros gringos”. Siempre ha sido usual a la ultraderecha estos tipos reaccionarios, trasnochados y obsoletos. Mi padre militó en tres partidos de la revolución de octubre, jamás en el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) –comunista.

A Bonilla Isaacs, jamás se le consignó a ningún tribunal y como muchos guatemaltecos y foráneos, les negaron sus derechos individuales, así como la integridad y la seguridad de las personas, fue totalmente ilegal, nunca delito ser detenido o preso, causa de delito o falta, nunca estuvo con delito flagrante o falta, menos de proveerse de un defensor y según la ley, el cual podrá estar presente en todas las diligencias policiales y judiciales. Esta primavera de este país, fue muy duro la derrota de la Revolución de 1944 se soñó una primavera y después se pudrió en los rincones del corazón y del alma, por estos parias y fascistas del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) y estos “gringos hijos de su madre” cuando el 27 de junio de 1954 vino la contrarrevolución. Las vivencias personales con mi papá tuvo estos relatos cuando fue su nuestra Primavera, nunca calló con su Revolución y después muchos más años, mis amigos y yo, nos aferramos con las instituciones para tener siempre nuestra soberanía. Y por ello nosotros ahora los viejos de nuestra generación del [UdW1] 60ª. al 70ª., por ello necesitamos un nuevo narrativa para una generación, pero NO estos “millennial” que parecen mitos de estas verdades sobre esta “generación perdida” o “la generación smartphone” estos necios con las redes sociales y “selfies” metidos al día “pegada” a la pantalla de la computadora y los celular. Estos niños y jóvenes que NO leen, ni siquiera lo prensa. Estos NO saben nada del 20 de octubre 1944; tampoco el 27 de mayo de 1977 la masacre de Angola con el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA); la masacre en de Tlatelolco en la Plaza de la tres Culturas, México el 2 de octubre de 1968; no saben de nada de la agitación estudiantil revolucionaria, la revuelta y la reivindicación este 3 mayo 1968 francés cuando ocuparon la Sorbona. Necesitamos ahora para nuestros hijos y nietos, para el futuro para escribir un nuevo relato; porque hoy en este presente Guatemala está lleno de porquería.

Tenemos nuestro octubre 1944, por ello estoy con las narrativas de mi papá cuando tenía que irse a la cárcel, estos policías y tipos del MLN “y solo vinieron un todo procedimiento y este expediente formado, por ello a Bonilla Isaacs lo llevó la “chingada” cumplió treinta y siete (37) o treinta y ocho (38) en “chirona” en detención. Y llegó después la orden de libertad, nunca más se me volvió a citar, ni a sujetar a ninguna molestia ni restricción. Inclusive debo citar que mi padre dijo esto: “que ni en ocasión del ingreso al Primer Cuerpo de la Policía Nacional ni al ser dado en libertad, se me hizo FICHA DE IDENTIFICACIÓN. Esta resultó de acto arbitrario y oficioso de un Inspector de Policía, que desde el principio me hizo evidente su antipatía por el hecho de los Médicos del cuerpo ordenaron mi traslado al “Hospitalito” que funcionaba, improvisadamente en el segundo piso, por padecer de una seria INFECCIÓN FACIAL. Este inspector se oponía y como era obvio que tenía que prevalecer el criterio profesional de los médicos, sin duda sintió disminuida su autoridad. (de estas anécdotas, acudí a la narrativa realista para tratar de situar en el contexto apropiado hechos históricos que contienen relatos de personas y protagonistas y/o de episodios vividos por mi padre y en ocasiones podrán estar escritas en tercera persona, aunque en la narración debe ser en primera persona) –CONTINUARÁ-.

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