Los demócratas de Estados Unidos aprobaron hoy de madrugada un plan de 3,5 billones de dólares para reforzar los servicios para familias, salud y programas medioambientales. La votación en el Senado impulsaba el ambicioso plan del presidente, Joe Biden, de reformular las prioridades federales.
La votación se celebró horas después de que el mandatario lograse otra victoria con la aprobación de un gran paquete de infraestructuras.
Los legisladores se atuvieron a las divisiones por partido y aprobaron 50-49 la resolución presupuestaria demócrata, un paso clave para un presidente y un partido decididos en dirigir la fuerza fiscal del gobierno para ayudar a las familias, crear empleo y combatir el cambio climático. El aumento de los impuestos a los ricos y a las corporaciones pagaría gran parte del proyecto. El plan de gasto se aprobó pese a una avalancha de enmiendas republicanas que pretendía que sus rivales pagaran un precio en las elecciones del año que viene por el control del Congreso.
Los líderes de la Cámara de Representantes anunciaron que regresarían del receso estival en dos semanas para votar el presupuesto, que contempla un gasto de 3,5 billones de dólares a lo largo de la próxima década. La aprobación final del Congreso, que parece segura, protegería una ley posterior que aplicaría los detalles de gastos y cambios de impuestos ante una posible campaña republicana de filibusterismo en un Senado dividido al 50%, una demora que de otro modo podría acabar con el proyecto.
Aun así, aprobar esa legislación posterior será complicado porque los legisladores moderados del partido tiene reparos sobre el enorme volumen del plan y libran un pulso con los progresistas, que piden acciones agresivas. El partido controla la Cámara de Representantes con apenas tres votos de margen, mientras que el Senado, dividido a la mitad, está en sus manos sólo gracias al voto de desempate de la vicepresidenta, Kamala Harris. La firme oposición republicana parece garantizada.
El presidente del Comité de Presupuesto del Senado, Bernie Sanders, independiente de Vermont y que ha pasado de ser una voz progresista en los márgenes del Congreso a ejercer un puesto clave con influencia legislativa, dijo que la medida ayudaría a niños, familias, ancianos y trabajadores, entre otros.
«Confío en que también restaure la fe del pueblo estadounidense en la creencia de que podemos tener un gobierno que trabaje para todos nosotros, y no sólo para unos pocos», dijo.
Los republicanos alegaron que la propuesta demócrata desperdiciaría dinero, perjudicaría a la economía con su subida de impuestos, impulsaría la inflación y consagraría principios de la ultraizquierda perjudiciales para los estadounidenses. Señalaron con entusiasmo a Sanders, que se describe como un socialista demócrata, para tratar de desprestigiar a todos los demócratas que apoyaran la iniciativa.
Si Biden y los demócratas del Senado quieren «externalizar la política nacional al presidente Sanders» con un «despilfarro y una tributación imprudente históricos», los republicanos no tienen los votos para impedírselo, admitió el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, republicano de Kentucky. «Pero debatiremos. Votaremos».
El Senado se centró en el presupuesto horas después de aprobar otra pieza clave de los objetivos de Biden, un paquete bipartidista negociado de un billón de dólares para transportes, agua, banda ancha y otros proyectos de infraestructura. Esa propuesta, aprobada por 69 votos a favor y 30 en contra, con McConnell entre los 19 republicanos que lo apoyaron, también necesita aprobarse en la cámara baja.