Raquel Pérez. Guatemala (1996). Estudiante de Licenciatura en Letras. Se ha centrado al estudio de la literatura y, en ocasiones, a la música. Todo el intento desde la perspectiva de género y la visibilización de la mujer en las artes. Algunos de sus textos están en la Antología 20-30 de la Editorial La Waffle en colaboración de la Editorial Sion y en la antología virtual El vals de los poetas. Integrante del grupo Jóvenes Artistas por la Justicia Social –JAxJS-, violonchelista en la Orquesta femenina Alaíde Foppa. También, es columnista en la revista virtual mexicana Teresa Magazine e integrante del proyecto virtual Artídoto contra la violencia de género. |
Este reconocimiento mío
Me he descubierto frágil frente a esa melodía;
me la he llorado la víspera de mi cumpleaños,
me ha hecho dormir con lluvia ocular
-no por lamento-
Y es que una se sabe su mortalidad
cada que cumple su propia vuelta al astro.
Que sí…
Que he recibido este cuarto de siglo siendo el gotero
que me caracteriza la soledad.
Que la sonrisa se fue dibujando hasta después
cuando vi en perspectiva
bonitas vidas abrazando la mía.
Pude apreciar,
escuchando el piano a un ritmo bailado con el silencio
mientras los agudos y bajos se consolaban,
que esta cotidianidad no es la respiración involuntaria
sino que se convierte en las huellas
y las sonrisas
que se guardan de los momentos menos planeados,
que el sentimentalismo que acompaña la muerte cercana
es el mismo que produce una felicidad espontáneamente corta.
Aprendí que he prolongado tristezas
porque creí que su abrigo era el que merecía.
He saboreado poco la mano cálida de los momentos presentes
que siempre se presentan a manera de presente
porque he soltado este sueño
por no pensarme.
Ahora,
Con este piano en bucle,
reconozco el invierno que reina mi interior
pero camino con algo que se conoce como ánimo
a un verano que se aproxima
porque entre los juegos de creencias de climas y palabras
hay una verdad
y es que le llegué a temer a todo
tomando como causa la ausencia inventada.
La muñeca de tu vida
¿Cómo terminas con este sentimiento de uso en este cuerpo que todo lo siente?
Entre tanta gana de ser útil terminé siendo usada.
Me duele
… Duele
entrar en este reconocimiento de errores propios
de ausencia de aprecio básico individual.
Yo quiero seguir
quiero andar
Pero hay una pierna rota en mi ánimo.
Me levanto por inercia y no por resistencia
porque no le quiero atribuir todo a ese medio amor que huye de la realidad.
… Pero solo sigo excusándolo
salvándolo de mi mundo.
Me he negando la satisfacción
de saberlo culpable
de nombrarlo por lo que fue
-Por lo que está siendo-
Y hasta el momento
no sé si lo llegaré a llamarlo nada
porque lo único que deja a su paso es ausencia,
lo que deja con su permanencia temporal son vacíos universales.
Me dirijo a él
en mi cabeza
solo para esbozar una especie de reclamo que diría algo
como
Quisiera decirte:
que me alegra que seas tú el que siga.
Que me alegra que para ti no haya significado nada.
Que me alegra que sigas saliendo ileso de todo el daño que causas.
… Pero aquí estoy yo
siendo yo
incoherente
y no me alegra.
Me hace odiarle
Me hace arrepentirme de mí
y de lo que consideraba ser.
Termino estando aquí
aquí estoy
siendo un lindo objeto
que terminó su vida de utilidad a los 5 años de haberse
adquirido mi amor como algo que era para siempre.
Las instrucciones decían no tirarse y fui desechada.
¿Cómo olvidar un amor que lleva tu nombre?
Cómo olvidar un amor que lleva tu nombre
si cada que pienso en Silvio Rodríguez te siento cerca,
si te pienso cada que veo cine latinoamericano
porque
tú eras muchas cosas que aprendí para amarte:
que los gritos en los partidos
que la emoción por la comida
que la sonrisa por estar en tierra
que la manta en el parque
que la sencillez de la vida
que la admiración por lo pequeño.
Carajo
Te impregné en mí
tanto que tocar mi violonchelo implica recordarte
que ya ni me toco ni lo toco porque ni ese grito regresó a mí.
Que ya ni eso se quedó conmigo.
Me pregunto si cada que amas entregas un manual para olvidarte
digo
con eso que te gustan más las despedidas que los momentos.
Selección de textos de Roberto Cifuentes Escobar.
INGRESE PARA DESCARGAR EL SUPLEMENTO CULTURAL