Grecia Aguilera

Periodista, escritora, filósofa y musicóloga. Excelsa poeta laureada. Orden Ixmukané, Orden de la Estrella de Italia, Homenaje del Programa Cívico Permanente de Banco Industrial, Embajadora y Mensajera de la Paz.

post author

La Editorial Universitaria de la Universidad de San Carlos de Guatemala publicó en el año 2009, la cuarta edición de la extraordinaria obra “Las Ciencias Médicas en Guatemala: Origen y Evolución” del doctor Carlos Martínez Durán. La contraportada del libro escrita por el autor manifiesta: “Lejos están los tiempos cuando la Historia era un apéndice de la elocuencia y simple recreo del espíritu, o bien el ordenado suceder de los hechos políticos, de la vida de los reyes y generales, de las batallas y de los tratados. Gran parte de la Historia podría archivarse en los Ministerios de la Guerra y otra parte esconderse en la casa del odio y en el reino de los siete pecados capitales. Hay Historia mil veces más bella que esa. La Historia del espíritu de nuestra sociedad, la Historia de las virtudes raciales, la Historia de las Artes y de las Ciencias, y en especial las médicas, que elevaron al hombre hacia la cumbre de la aristocracia de la salud, hacia el vértice de su felicidad biológica. El principal motivo de este libro es dar a conocer a los guatemalenses, a los centroamericanos, a todos los pueblos, la evolución de las ciencias médicas nacionales, contribuyendo así al esclarecimiento de la Historia de la cultura y civilización de Guatemala, que tan hondas raíces encuentra en la Medicina. Mientras la voz de los guerreros llenaba el ambiente, y la política y la religión resumían la Historia de Guatemala, en los claustros universitarios se trabajaba silenciosamente, para ofrecer con verdad y con belleza la imagen de nuestro mundo. Los hospitales no eran ajenos a este bullir del pensamiento noble y fecundo, y en sus salas, el bien y el amor imponían sus humanas disciplinas. La vida silenciosa e íntima de esos portadores de la Ciencia, que con fe inquebrantable nos sacaron de la sombra, la vida ejemplar de los que brindaron bondad y belleza en favor de la salud del hombre, desfilará en estas páginas, henchidas de fervor tradicionalista y aromadas con la esencia de la verdad, que destila la noble y severa ciencia histórica. Y sobre la gloria de los hombres fuertes y populares, brillará la gloria de los que con fe en la Ciencia y amor al bien, nos dieron la aristocracia de la salud, el tesoro de la vida culta y patria cerebral y espiritual.” El libro que contiene una laboriosa investigación, está dividido en cinco partes, por ejemplo, en la tercera parte el capítulo décimo se titula: “Pedro de Bethencourt ilumina con sus virtudes la pobreza científica de la medicina guatemalense durante el siglo XVII” (escribe así el apellido del Hermano Pedro para conservar la ortografía primitiva normanda, según anotación en la página 195 del libro), en el segundo párrafo se lee: “En la noble y muy leal ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala, florecieron durante quince años las virtudes del venerable Hermano Pedro de San José de Bethencourt, quien llegó de las islas Afortunadas, trayendo de ellas fortuna de un espíritu heroico y la primavera de cien milagros… En un libro de historia médica de Goathemala no pude faltar la vida del Hermano Pedro, porque la medicina es ciencia amorosa y arte caritativo, porque la Medicina hospitalaria no termina con la curación y se prolonga en la convalecencia, porque la Medicina es hondamente humana y social.” El doctor Carlos Martínez Durán (1906-1974), se graduó de Médico y Cirujano en la Universidad de San Carlos de Guatemala, fue dos veces Rector Magnífico de dicha universidad de 1945 a 1949 y de 1958 a 1961, respectivamente. Ocupó el cargo de Ministro de Educación de 1966 a 1970; también destacó como investigador y escritor. Fue galardonado con múltiples reconocimientos a nivel nacional e internacional. De sus obras publicadas también resaltan: Realidad y ensueño del peregrino, Federico Chopin o el triunfo del espíritu sobre la carne, y El arte farmacéutico durante la Colonia.

Artículo anteriorLlegó la hora…
Artículo siguienteTrata de personas y explotación sexual