Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

El Presidente no encuentra cómo meter bajo la tierra el tema de las vacunas rusas y ni el Consuelo que le ofrece Porras, del Ministerio Público (MP) le basta. Tampoco tiene quién le pueda asesorar porque no es sencillo aconsejar cuando las cosas no se hicieron, no se pueden y no se quieren abordar con transparencia.

Lo de la cadena de ayer parece chiste: ¿Muchá cómo hago para bajarle al desastre del contrato con los rusos? Fácil le debe haber dicho alguien, habla de la economía y el mandatario parece haber dicho: no se diga más.

Yo hoy no tengo los suficientes elementos para decir que el Presidente recibió dinero por el contrato de las vacunas con los rusos, pero lo que sí puedo asegurar es que el mandatario se esmera en mostrarse como sospechoso, como una persona de interés para cualquier investigador serio y comprometido con llegar al fondo del asunto. El bendito antejuicio no permite ahondar más en el negocio del inmunizador que es la versión renovada de la “agüita mágica”.

El jueves dijo que iban a recibir cronograma de los rusos, extremo rápidamente desmentido por algunos de su círculo cercano que ya están cansados de tanta mentira y ayer en la cadena nacional obvió el tema de forma burda, saliendo por la tangente con el tema de la economía.

Ofreció que para fin de año estará la gente inmunizada, pero resulta que Bukele en El Salvador ya promociona el inmunizador para personas arriba de 18 años, lo que genera un enorme contraste.

Vienen días cruciales porque la Ministra de Salud debe pedir pronto el dinero de regreso y si hay mordida de por medio, Giammattei montará en cólera porque entonces los timadores reclamarán que al devolver el dinero, TODO DEBE REGRESAR A SU ESTADO ORIGINAL y ahí cualquier coima hay que devolverla. Si el Presidente no deja a su Ministra pedir el dinero o peor aún, la despide en estos días, será la confirmación tácita, casi expresa, de que hay mucha sobra (mordida) y nada de obra (vacunas).

Hablando de cinismos e ilegalidades, el traslado que Consuelo Porras hizo con un agente Fiscal de la Fiscalía Contra la Corrupción es una mancha más al tigre de la Impunidad. Eduardo Pantaleón tenía en sus manos una investigación contra Alejandra Carrillo, operadora de diputados, amiga de magistrados y “amigaza” de Silvia Patricia Valdés.

El viernes empezaron una campaña negra en contra de quien la delató, los Netcenters se le tiraron encima y están preocupados por lo manifestado porque son declaraciones muy fuertes que involucran a mucha gente, en especial diputados y magistrados (hasta el mentado Néster Vásquez) sale a batear.

Según se expresó en la declaración, la ex diputada del Partido Patriota y consentida en el Gobierno de Jimmy Morales, recibía información de Ángel Pineda, el Secretario General del MP. En esas condiciones, hace sentido que Porras maniobre para proteger a su círculo que cada vez se ve en más problemas.

Para que Guatemala cambie, el Ministerio Público debe dejar de estar en manos de alguien como Porras porque ese manoseo, no solo mata el Estado de Derecho sino que aleja la inversión seria, responsable y que nos puede ayudar a marcar un rumbo mejor.

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