Da pena tener que ser tan repetitivos e insistir en los mismos temas, pero nuestra realidad es una odiosa repetición que obliga a caer siempre en lo mismo. Ayer con poco más de seis mil pruebas realizadas se detectaron más de dos mil nuevos casos de Covid-19 lo que eleva, por mucho, la tasa de positividad en los exámenes realizados. Todo ello en medio de la situación intolerable respecto a las vacunas necesarias para inmunizar a la población. La Ministra de Salud dispuso que como no tiene certeza, mejor ya no va a hablar de cuándo vienen las vacunas y con su silencio cierra un tema que es crucial para el futuro no sólo de la economía nacional, sino para la vida de muchísimas personas.
Nosotros no podemos callar ante lo que está ocurriendo porque aunque para la población pareciera no ser una cosa del otro mundo el mal manejo del tema de las vacunas, entendemos perfectamente las gravísimas consecuencias que tiene el proceder de las autoridades. No es simplemente un descuido más, un negocio más, un fracaso más. Se trata de una cuestión de vida o muerte, literalmente hablando, y está siendo manejado con tanto desparpajo que el Canciller va a Rusia supuestamente a averiguar qué pasó, y su declaración oficial es que hay posibilidad de que inversionistas rusos vengan a Guatemala. Cómo para que no, si ya se dieron cuenta que el país está en venta y ofrecido al mejor postor.
Los dos mil casos de ayer no son el total de infectados porque ahora ya sabemos que el virus, que se había concentrado en ciertas áreas urbanas muy pobladas, se ha desplazado a lugares a donde no llegan las pruebas, ni siquiera aquellas falsas que compró el Ministerio de Salud y que, por lo visto, nadie investiga ni considera un crimen. La falta de certeza de los datos oficiales y el manifiesto interés por engañar a la población para lavar cara hace obligado pensar que el curso de la pandemia es mucho peor de lo que informan. Y llora sangre que en medio de los nuevos contagios sigamos sin siquiera poder hablar del tema de las vacunas porque los convenios de confidencialidad se usan como escudo para encubrir a saber cuántas cosas.
Cuánto quisiéramos escribir celebrando los avances en algo tan fundamental como la vacuna. Países cercanos están avanzando rápidamente y tienen éxito simplemente porque sus autoridades hicieron sus deberes. Aquí todo está pendiente, todo está en veremos, hasta el futuro de gente que, sin vacuna, está condenada a muerte.