El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, Premio Cervantes 2017, afirmó ayer que en su país existe una «injusticia dictatorial» e hizo un llamado «a la solidaridad internacional» con los opositores encarcelados en las últimas semanas por el gobierno de Daniel Ortega.
«La mano torpe de la injusticia dictatorial en Nicaragua está persiguiendo y tomando como rehenes a gente justa, mujeres y hombres dignos de todas las condiciones sociales y aterrorizando sus hogares», escribió en su cuenta de Twitter Ramírez, exvicepresidente durante el primer gobierno de Ortega (1985-1990) y disidente del gobernante Frente Sandinista.
«Identificado plenamente con ellos, hago un llamado a la solidaridad internacional», agregó el laureado autor de «Castigo Divino» y «Margarita está linda la mar», entre una vasta obra literaria.
El propio Ramírez, de 78 años, fue citado recientemente por la Fiscalía para declarar en una investigación por supuesto lavado de dinero contra la periodista y aspirante presidencial opositora Cristiana Chamorro, bajo arresto domiciliario en su casa desde el 2 de junio.
Recientemente los gobiernos de Argentina y México anunciaron que realizan gestiones junto a Estados Unidos como «facilitadores» de un diálogo con Ortega a fin de resolver la grave crisis política que sacude al país a sólo cinco meses de las elecciones del 7 de noviembre.
Ambos gobiernos latinoamericanos apelaron a la «no intervención» en los asuntos internos de Nicaragua, posición que fue rechazada por organismos de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW).
«Penoso comunicado de México y Argentina sobre la situación en Nicaragua. Una cosa es buscar una salida negociada a esta crisis y otra muy distinta es decir estos disparates», opinó José Miguel Vivanco, director de HRW.
«El principio de no intervención en los asuntos internos de un Estado no se aplica a las violaciones de derechos humanos y crímenes de derecho internacional. Es inaceptable que los gobiernos de Alberto Fernández en Argentina y Andrés Manuel López Obrador en México decidan no acompañar a las numerosas víctimas de la crisis de derechos humanos en Nicaragua», dijo Erika Guevara Rosas, directora de Amnistía Internacional para las Américas.
Nicaragua vive una grave crisis política que se inició con las protestas sociales de abril de 2018, cuando la violenta acción de policías y paramilitares dejó al menos 328 muertos, más de 2.000 heridos, cientos de detenidos y 100.000 emigrados y exiliados, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El gobierno alegó ser víctima de un «fallido golpe de Estado» del que responsabilizó a los líderes de la oposición.
Tras la detención de Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997), han sido detenidas 15 personas. Entre ellas figuran tres precandidatos presidenciales, un empresario, un banquero y seis líderes sandinistas disidentes, como los exguerrilleros Hugo Torres y Dora María Téllez, y el ex vicecanciller Víctor Hugo Tinoco.
La noche del jueves la policía giró una orden de captura contra el empresario Gerardo Baltodano y el exministro de Educación, Humberto Belli, hermano de la reconocida poeta Gioconda Belli, también opositora al gobierno. Las casas de ambos fueron allanadas pero ellos no se encontraban ahí, dijeron familiares.
«Se metieron 30 hombres (policías) y estuvieron tres horas buscando, se llevaron computadoras y documentos», dijo a The Associated Press Gioconda Belli al confirmar el allanamiento. Aseguró que a su cuñada, que estaba en la casa, «no la maltrataron».
También se denunció el arresto de Pedro Vásquez Cortedano, de 59 años, chofer de Cristiana Chamorro. Su esposa Norma Vega dijo que la detención ocurrió el pasado martes, un día después de rendir declaración ante la Fiscalía.
Vásquez es la cuarta persona detenida en el caso de Chamorro. Los exempleados de la organización no gubernamental Fundación Violeta Barrios de Chamorro, Walter Gómez y Marcos Fletes, fueron arrestados el 28 de mayo y se les dictó prisión preventiva por 90 días.
«Estas privaciones de la libertad se suman a las más de 120 personas presas políticas que por meses y años sufren de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes», declaró en un comunicado el colectivo de derechos humanos Nicaragua Nunca Más.