A mí mismo

Decir algo puede ser solo un encuentro

me aproximo a todo esto que no entiendo

usando tu canto

copiando tus nombres

imitando tus gestos

secuestrando tus sentimientos

al final solo somos un lugar abandonado

con suerte

las ruinas de una fortaleza

cubierta por gotas de arena

o atrapada en la espesa selva del tiempo

somos un grito sin voz

un diluvio sin arca

una renuncia sin nombre

un testamento de nada

una nube sin el amor del viento

pero eso no es malo

lo irremediable sería ser Tú

con la soledad dictándote esto

mientras agonizas

en una pluma y un papel.

Demasiada luz en tu porvenir

La historia siempre se ha tragado a todos los que hablan de ella

bien o mal

verdad o mentira

solo el olvido decide la eternidad

hasta ahora otro destino aunque probable es imposible

sin misterios

cada detalle que se borra permanece inalterable en la canción de su silencio/ absoluto

cada uno de los nombres son piezas de una posibilidad

para atrapar lo único que no fue revelado

porque alguna vez Dios cantó lo propio

pero nunca sus sueños.

V de vendetta

Cuando me quedo solo y siento necesidad de extrañarte

no es a Ti a quien recuerdo

te guardo para más tarde

aunque eso significa nunca o algo parecido

en este momento soy lo que no somos

se rebalsan palabras sin rumbo

porque dentro funciona la locura

y pretenden ser música

y pretenden terminar en el amor

pero solo es la silueta de tu sombra

pero solo es otro lugar común de la tristeza

hablando sola y en silencio

a cada estrella con su noche

a cada Ti que es cualquiera.

Artículo anteriorSanto Tomás Moro
Artículo siguienteCarta de Ernst Hemingway a Joan Miró