Un empleado mató a tiros a ocho personas ayer en un patio ferroviario de California que da servicio a Silicon Valley, y después se suicidó, dijeron las autoridades.
Se trata de una nueva balacera en un año con un brusco aumento de los asesinatos masivos conforme el país sale de las cuarentenas contra el coronavirus.
La masacre ocurrió alrededor de las 6:30 de la mañana en dos edificios que forman parte de una instalación de tren ligero para la Autoridad de Transporte del Valle (VTA por sus siglas en inglés), que provee servicios de autobús, tren ligero y otros por el condado Santa Clara, el más poblado en la zona de la bahía.
«Cuando nuestros agentes entraron por la puerta, al principio él seguía disparando. Cuando nuestros agentes le vieron, se quitó la vida», dijo a la prensa la jefa de policía del condado Santa Clara, Laurie Smith. Los agentes iban por los pasillos identificándose como policías, señaló, y el tirador «supo en ese momento que se había quedado sin tiempo para disparar».
Las víctimas, muchas de ellas empleados veteranos de la agencia de transportes, fueron identificados el miércoles por la noche por la oficina del forense del condado como Paul Delacruz Megia, de 42 años; Taptejdeep Singh, de 36; Adrian Balleza, de 29; Jose Dejesus Hernandez, de 35; Timothy Michael Romo, de 49; Michael Joseph Rudometkin, de 40; Abdolvahab Alaghmandan, de 63, y Lars Kepler Lane, de 63.
Los fallecidos eran operadores de autobús y tren ligero, mecánicos, operarios y un superintendente asistente. Uno trabajaba para la agencia desde 1999.
Singh trabajó como conductor de tren ligero durante ocho y nueve años y dejaba una esposa, dos niños pequeños y muchos familiares, dijo su primo, Bagga Singh.
«Oímos que eligió a la gente a la que disparar, pero no sé por qué le escogió a él porque no tenía nada que ver con él», dijo.
El concejal de la ciudad de San José Raúl Peralez dijo que Rudometkin era un amigo cercano. «No hay palabras para describir el dolor que sentimos ahora mismo, especialmente por su familia», escribió en Facebook. «Ocho familias sienten la misma sensación de pérdida esta noche y toda nuestra comunidad está también de luto».
El agresor fue identificado como Sam Cassidy, de 57 años, según dos funcionarios policiales. Los investigadores no mencionaron de momento algún posible motivo para el ataque.
Su exmujer, Cecilia Nelms, dijo a The Associate Press que Cassidy tenía mal carácter y a veces le decía que quería matar a gente del trabajo, «pero yo nunca le creí, y nunca ocurrió. Hasta ahora».
Entre lágrimas y conmocionada por la noticia, Nelms dijo que su exmarido llegaba a casa enojado por cosas que ocurrían en su puesto de trabajo. Al hablar de ello, señalaba, «se enfadaba más», dijo. «Podía quedarse dando vueltas a las cosas».
Cuando Cassidy perdía los nervios, Nelms dijo que hubo ocasiones en las que tuvo miedo. Estuvieron casados 10 años, señaló. Cassidy pidió el divorcio en 2005 y no habían tenido contacto en 13 años, dijo Nelms.
El portavoz de la policía, Russell Davis dijo desconocer el tipo de arma utilizada. Equipos de expertos en bombas llegaron al lugar tras recibir información sobre posibles dispositivos explosivos, señaló.
Los trabajadores estaban en una reunión de un sindicato que representa a trabajadores de la VTA cuando comenzaron los disparos, según dijo el alcalde de San José, Sam Liccardo, aunque no estaba claro si la reunión estaba relacionada con el ataque.
Las autoridades también investigaban el incendio en una casa ocurrido poco antes de la masacre, dijo Davis. Según registros públicos, Cassidy poseía la casa de dos niveles a la que los bomberos acudieron el miércoles en la mañana. Los bomberos encontraron un incendio después de que un transeúnte les avisara. Una casa vecina también se incendió, de acuerdo con las autoridades.
Otro hombre herido en el ataque estaba en estado crítico en el Centro Médico Valle de Santa Clara, según la vocera Joy Alexiou.