Fernando Mollinedo C.
La palabra IMPERIO significa la organización política de un Estado que extiende su dominio a otros pueblos, también se entiende como el conjunto de territorios que constituyen esta organización. La Historia de Guatemala nos muestra que ha estado sujeta al poder de varios imperios y aún lo es.
Las potencias colonizadoras europeas fueron España, Gran Bretaña, Francia y Holanda, las que tuvieron como objetivo apropiarse y/o conquistar territorios americanos para obtener el producto de mayor demanda en esa época (siglo XVI): el azúcar y el palo de tinte.
España fue el primer imperio que dominó por la fuerza de las armas a la población aborigen; su influjo cultural, religioso y económico se tornaron oficiales dando como resultado un mestizaje variopinto que formó la nueva sociedad: sometida, estratificada y discriminada por los conquistadores, quienes sin entender que ellos mismos eran producto de un amplio mestizaje racial europeo y árabe.
La imposición del idioma castellano, religión cristiana, relaciones comerciales, sistema jurídico, educación, tecnología y utilización de los metales, construcción civil y militar, navegación, agricultura, ganadería y otras actividades más, determinaron la fisonomía social y reconocimiento de Guatemala como país en el contexto mundial.
El imperialismo inglés tuvo presencia en Guatemala desde 1638 con la instalación de una colonia comercial en Belice e importaron esclavos africanos para la explotación del palo de tinte. Con el contrabando, Inglaterra penetró comercialmente a Guatemala y estableció una dependencia tecnológica en el ámbito industrial.
El imperialismo francés llegó a Guatemala con la introducción de modas de vestir, hábitos y costumbres alimenticias, usos sociales, influjo cultural refinado y muy educado por su tratamiento y elegancia. Fue acogido en la elite dominante que gobernaba el país, y cuyo influjo se notó en la construcción civil, militar y religiosa en parques, bulevares y paseos, originando relaciones comerciales desarrolladas desde los últimos años del siglo XIX e inicios del XX.
La llegada alemana a Guatemala data de 1840 y se consolidó con el Tratado de Comercio de 1887 y 1896 entre Guatemala y el Imperio Alemán; realizaron monopolio empresarial en agricultura, comercio, industria e infraestructura del país.
Durante la segunda guerra mundial, las posesiones alemanas fueron expropiadas y posteriormente, con el contubernio de las autoridades guatemaltecas fueron adquiridas por consorcios estadounidenses.
El imperialismo estadounidense, presente en la vida política, económica, social, educativa y hasta religiosa de Guatemala influyó -aún- en las decisiones gubernamentales que representen ventaja económica para los empresarios estadounidenses.
En resumen, Guatemala ha sido explotada para satisfacer intereses ajenos; la oligarquía nacional agroexportadora y la ignorancia de los presidentes NO ha permitido alcanzar un puesto digno en materia de desarrollo humano integral ¿Podemos decir: Guatemala libre, soberana e independiente? Entonces, ¿para qué celebrar el bicentenario de la “independencia”?