Un soldado verifica permisos de movilidad en un bus de pasajeros en Santiago de Chile. Foto La Hora/AP/Esteban Félix.

Por EVA VERGARA

SANTIAGO

Agencia AP

El 70% de los 19 millones de chilenos amaneció ayer bajo una cuarentena que busca reducir los contagios durante la segunda ola de la pandemia, cuya expansión mantiene al sistema hospitalario con una ocupación del 95% de sus 3.516 camas críticas.

En el gran Santiago, cinco de sus ocho millones de habitantes están en cuarentena y los otros tres millones se sumarán al confinamiento desde mañana, según anunció la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell.

La movilidad en la capital en las primeras horas de la jornada se redujo sólo un 10%, entre otras causas, porque existen decenas de miles de permisos colectivos solicitados por empresas que se dicen esenciales. Además, otro millón de personas piden autorizaciones personales de movilidad.

Martorell añadió que se endurecerán las fiscalizaciones para que las empresas sólo pidan permisos para los trabajadores que desarrollan labores esenciales. Las infracciones contemplan penas de hasta tres años de cárcel en casos muy graves y multas que pueden llegar a 10 millones de pesos (unos 13.700 dólares).

Durante lo que va del mes, los nuevos contagiados por jornada fluctúan entre 5.000 y 6.000, de los cuales entre el 2,5% y el 3% necesitan hospitalizarse en las siguientes dos semanas. En la víspera hubo 7.023 infectados, convirtiéndose en la segunda cifra del año que supera el máximo de 6.938 registrados en junio, durante la primera ola. La anterior fue el domingo último.

De las 3.516 camas críticas, el 71% son usadas por pacientes con COVID-19. Al inicio de la pandemia el año pasado. Chile disponía de 1.300 de éstas.

El doctor Luis Castillo, responsable de gestionar la ampliación de camas críticas, dijo a comienzos de semana que si no disminuyen los nuevos contagiados, los pacientes con COVID-19 aumentarán en unos 200 en los próximos 10 días. Agregó que se habilitarán camas fuera de las unidades de cuidados intensivos, que hasta ahora «no se han utilizado en forma masiva».

Chile enfrentó la primera ola con 3.226 camas críticas y otras 1.500 en pabellones quirúrgicos, áreas pediátricas y fuera de los servicios de urgencia.

Las autoridades afirman que Chile no tiene problemas de ventiladores, pero sí enfrenta escasez de personal de salud calificado para atender las camas, lo que dificulta seguir aumentándolas. Castillo dijo que entre el 15% y el 20% de los funcionarios de salud está con licencias por enfermedad o cansancio extremo tras un año de enfrentar una pandemia que no da tregua al sistema hospitalario.

Las autoridades llamaron a médicos, enfermeras y personal técnico de salud jubilado a reincorporarse a los servicios. También invitaron a profesionales extranjeros y a alumnos de los últimos años de medicina para apoyar a los activos.

Chile ya vacunó a seis millones de personas, de ellas casi la mitad con la segunda dosis, pero aún es pronto para que las inmunizaciones se reflejen en los índices sanitarios.

El aumento de los contagios y la fuerte presión de pacientes que mantienen al sistema hospitalario al borde del colapso ha hecho que dirigentes del Colegio Médico chileno y expertos del área sanitaria propongan la postergación de las elecciones de alcaldes, concejales, gobernadores y de las 155 personas que escribirán la nueva Constitución, previstas para el 10 y 11 de abril próximos.

Chile vivió un plebiscito en octubre del año pasado, en el que participaron 7,5 millones de personas, aunque la situación era distinta: menos contagiados y más camas críticas disponibles. El gobierno está empeñado en la realización de los comicios. Además, en julio está prevista la realización de primarias presidenciales con miras a la elección de nuevo mandatario el 21 de noviembre.

Chile registra más de 954.000 contagiados y 22.500 fallecidos.

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