Walter Juárez Estrada
Con la salud del pueblo no se juega, especialmente con la crisis que está viviendo el mundo por la pandemia que ha causado más de dos millones de víctimas y miles luchan por sobrevivir. El presidente Giammattei y los funcionarios de Salud le han metido al pueblo. El mandatario ha recurrido al discurso procaz y banal, al anunciar que se aplicaría la vacuna a todos los guatemaltecos. Los meses pasan y la cifra de fallecidos aumenta a diario.
Los médicos que están en primera línea han puesto contra la pared a la titular de Salud Amelia Flores. Con justa razón y porqué no decirlo de frente, han dicho que han mentido. La dosis que dice el gobierno que compró y las donaciones de países amigos se han aplicado en los hospitales públicos, a familiares de funcionarios y políticos y desdice mucho de lo que en las cadenas de televisión decía el mandatario y la Ministra, porque son los médicos que están en peligro de morir al ser contaminados y son a ellos y no ha políticos y allegados a militares que se les tiene que suministrar la dosis.
Los funcionarios de Salud se contradicen y nadie quiere asumir la responsabilidad que requiere la aplicación de la vacuna. Giammattei, como los políticos de tradición mienten y él es un farsante por los cuatro costados. La viceministra técnica Lucrecia Ramírez, ha sido tajante y clara en decir que fueron “llamados al orden por las farmacéuticas” ha reconocido que ha habido desorden y desinformación en torno a cuándo se les aplicara la vacuna y por esa razón con todo derecho los médicos, personal auxiliar y los que están en primera línea, exigen al gobierno y a la Ministra de Salud Pública Flores, que den la cara de frente a la realidad, pues consideran que otros países con menos población como El Salvador, Nicaragua y Honduras, sus médicos ya recibieron la vacuna y en Guatemala no se tiene una fecha exacta para la aplicación de la dosis.
Es lógico que Guatemala, siendo un país de pocos recursos y tercermundista, no puede compararse con otros gobiernos con mejores recursos. El retraso en la adquisición de la vacuna es responsabilidad directa del Presidente y de los funcionarios de Salud Pública y Asistencia Social. Diputados de diferentes bancadas han puesto contra las cuerdas y la pared a esos funcionarios que no tienen claro a qué sectores y cuándo se va aplicar la vacuna.
Como ocurre siempre. El caso se ha politizado y es evidente que el gobierno quiere quedar bien con sus allegados, pero les ha restado credibilidad al mandatario y a su gobierno. Quienes critican a Giammattei, indicaron que se involucró en el estira y encoge a quienes serían los magistrados para la Corte de Constitucionalidad y relegó a segundo plano el caso de las vacunas.
El alcalde de Villa Canales, Marroquín y sus Concejales, ya recibieron la dosis y no están en primera línea. El funcionario edil fue denunciado por esa irregularidad en el MP. Se cree que hubo influencia política para ese beneficio, como en otros casos.