Emilio Matta Saravia
emiliomattasaravia@gmail.com

Como parte de las actividades del Día Internacional contra la Corrupción, el presidente Giammattei participó en una actividad de Conmemoración del Día Internacional Contra la Corrupción, que contó con la presencia de distintos integrantes del cuerpo diplomático acreditado en nuestro país.

Resulta paradójico que un presidente que supuestamente tuvo claro que uno de los grandes retos cuando asumió la presidencia era combatir la corrupción y que dice entender que la corrupción ha sido uno de los “principales problemas estructurales” que ha tenido Guatemala y que la misma tiene “implicaciones sociales, políticas y económicas”, desde el principio de su mandato ha formado una alianza en el Congreso con un grupo de diputados que no se han destacado precisamente por su transparencia y con quienes hizo pactos para aprobar el mayor presupuesto de la historia del pais con nocturnidad y alevosía, o que mantiene aún a un ministro de Comunicaciones que durante su gestión se han realizado transferencias monetarias opacas.

Crear una Comisión Presidencial contra la Corrupción o abrir comités de transparencia en dependencias públicas difícilmente pueden ser calificados como actos destinados a combatir la corrupción. Es más, en su intervención, el presidente Giammattei también ofreció promover un gobierno electrónico, nuevas denuncias por posibles actos de corrupción que esperaba que su “amiga” del Ministerio Público las judicializara, entre otras promesas.

De igual forma, el viernes pasado, en conferencia de prensa junto con el vicepresidente, el mandatario hizo una serie de ofrecimientos, que fueron desde “analizar” el Presupuesto General de la Nación 2021, crear un gabinete específico para reconstrucción de comunidades afectadas por ETA e IOTA supuestamente coordinado por el vicepresidente ( en realidad el gabinete especifico lo coordinará el ministro de Comunicaciones con la pomposa distinción de “coordinador técnico”), establecer conversatorios en la capital y el interior del pais como “mecanismos de diálogo y concertación”, y también, luego de un “lapsus”, el cierre del polémico Centro de Gobierno.

No sé, estimado lector, si usted logra identificar un patrón de prometer y no cumplir, de quien ostenta el cargo más alto del gobierno de Guatemala.

El presidente mencionó ayer durante su intervención en la Conmemoración del Día Internacional Contra la Corrupción que para el año 2040 la mayoría de la población guatemalteca estará económicamente activa (lo que llaman bono demográfico) y ello representa una gran oportunidad para el país. Lo que no dijo el presidente (seguramente por otro “lapsus”), es que prácticamente la mitad del bono demográfico del que habla habrá padecido de desnutrición crónica infantil, condición que irreversiblemente tendrá un impacto negativo sobre su productividad, y a lo cual el gobierno no está dando la debida prioridad, tanto a nivel de asignación de recursos como de tratamiento de la enfermedad y recuperación de pacientes.

Del dicho al hecho hay un gran trecho y ese refrán popular cobra relevancia en esta coyuntura que actualmente atraviesa nuestro pais, ya que Guatemala necesita un presidente que, en vez de hacer promesas que no puede o que no quiere cumplir, fije prioridades y ejecute las acciones necesarias para cumplirlas.

Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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