POR MARGARITA GIRÓN
jgiron@lahora.com.gt
Aunque no existe una estadística que pueda contabilizar de forma concisa el porcentaje de pacientes asintomáticos que han sido afectados por el COVID-19, según Annals of Internal Medicine, esta cifra representa el 40 a 45 por ciento de los contagiados.
Iris Cazali, jefa del Departamento de Infectología, del Hospital Roosevelt, compartió con La Hora, detalles sobre el tema de los pacientes asintomáticos de COVID-19 y la importancia de su rastreo para frenar la expansión de la pandemia.
A decir de Cazali, uno de los temas más preocupantes entorno al COVID-19, es la cantidad de personas asintomáticas que existen. En tal sentido, detalló que ha sido más complicado estudiar a los pacientes asintomáticos debido a que detectarlos resulta complejo y se detectan únicamente haciendo pruebas a las personas que aunque no tienen síntomas se incluyen en los procedimientos como contactos de otros pacientes.
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¿CUÁL ES LA DIFERENCIA?
Cazali explicó que a diferencia de un paciente sintomático, que puede presentar síntomas relacionados al COVID-19, que van desde dolor de cabeza, fiebre, dolor de garganta, falta de olfato, falta de sentido del gusto, hasta síntomas más graves como tos y complicaciones respiratorias, “no importa el grado de sintomatología, desde leves hasta severos, se consideran sintomáticos, mientras que el asintomático puede ser una persona que estuvo cerca de una persona sintomática y se considera como contacto de un paciente positivo”, dijo.
¿QUÉ TANTO PUEDE CONTAGIAR UNA PERSONA ASINTOMÁTICA?
Cazali indicó que, aunque resulta difícil asegurar qué tanto puede contagiar una persona asintomática, la carga viral es la misma a la que tiene un paciente que presenta síntomas.
“Se ha comprobado que tanto la persona asintomática, como la sintomática, tienen cargas virales infecciosas y el asintomático se convierte en un elemento muy importante para que este virus se siga transmitiendo”, explicó Cazali.
De acuerdo con la entrevistada, el COVID-19 no solo se transmite a través de las gotas que se expulsan al toser o estornudar, sino también al exhalar, por lo que el riesgo es persistente y permanente.
EL RETO ES LLEGAR A QUIENES NO PRESENTAN SÍNTOMAS
Según detalló Cazali, aunque las autoridades de salud han mencionado la necesidad de llegar a 5 mil pruebas diarias en el país para la identificación de casos, es importante saber cómo distribuirlas y cómo manejarlas para que realmente sean efectivas.
La entrevistada hizo referencia al manejo que tuvo Corea del Sur con relación al COVID-19 y cómo se aplicaron pruebas masivas en determinadas poblaciones. Aplicando este tipo de método ellos encontraron a un grupo grande de personas positivas, tanto sintomáticos como asintomáticos.
A decir de Cazali, los contactos de los pacientes positivos sintomáticos juegan un papel importante, sobre todo las personas del círculo familiar o quienes conviven con la persona positiva, porque una vez ubicados son aislados, “eso se llama rastreo, el procedimiento es hacer la prueba, detectar y rastrear”, destacó.
Además, explicó que se considera como contacto de alto riesgo, a una persona que estuvo más de 15 minutos en una distancia menor de un metro sin usar mascarilla, con un paciente positivo. Sin embargo, una persona que estuvo cerca de una persona positiva manteniendo más de un metro de distancia en un espacio ventilado y usando mascarilla, el riesgo baja.
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A MAYOR NÚMERO DE PRUEBAS, MAYOR DETECCIÓN
Cazali reiteró que a mayor cantidad de pruebas, mayor será la detección que podrá registrarse, por ello, con relación a las pruebas que se registran actualmente por la cartera, manifestó que podrían quedar sin registrarse un número importante de casos. “Lo que da impresión actualmente es que estamos teniendo menos pruebas”, dijo
Además, explicó que las pruebas de antígeno son útiles cuando los pacientes son sintomáticos porque dará mayor posibilidad de detección, que si son aplicadas en una persona asintomática, pero en caso de que salga negativo, será necesario hacer una prueba PCR.
“El antígeno sirve para hacer un rastreo, para hacer una prueba más rápida y tomar poblaciones más grandes. A los sintomáticos negativos se les debe hacer PCR, pero hay que tomar en cuenta que, los resultados deben ser entregados rápidamente, porque si tenemos 5 mil pruebas, deben hacerse bien y si contamos con menos pruebas, los resultados deben entregarse en un plazo no mayor a 48 horas, porque si se entregan posterior a ello, ese caso detectado será más difícil de rastrear y ya pasaron más días en donde la persona pudo haber contagiado a otros”, puntualizó.
HACINAMIENTO NO PERMITE AISLAMIENTO EN CASA
De acuerdo con Cazali, aunque la medida empleada en Europa fue que las personas positivas leves permanecieran aisladas en sus casas, en Latinoamérica, las condiciones de hacinamiento en las viviendas complican que pueda llevarse a cabo el aislamiento necesario y los positivos pueden contagiar a todo el grupo familiar. Por eso es por lo que en un inicio se envió a los positivos a los hospitales temporales o a los hoteles, para que el grupo familiar estuviese aislado.
“El siguiente paso tuvo que ser ir con la familia y determinar cuántos están positivos, pero si las pruebas son limitadas, entonces se aplican a los sintomáticos que llegan a los lugares de consulta, pero lo que sucede muchas veces es que el sintomático se queda en casa y ya no consulta”, agregó.
“Las personas muchas veces no consultan por limitaciones de transporte y principalmente por temor, porque muchas veces ven a los hospitales como lugares en donde si entran ya no van a salir, esa es la creencia para mucha población y tienen razón, pero porque llegan muchas veces graves y por ello es que ya no salen”, reiteró la entrevistada.
EN NECESARIO INFORMAR
Cazali explicó que es necesario que la información siga llegando a la población a través de distintas estrategias porque la información no llega a todos de la misma manera, “nos falta tener la capacidad de comunicar y es una oportunidad para poder comunicar mejor todo lo que se genera entorno al COVI-19 y es un tema de todos, pero aún más al Estado, porque tiene los recursos y la capacidad de hacerlo”, puntualizó.
En el tema de las barreras culturales, Cazali destacó que muchas personas no quieren asistir a consultas a los centros de salud, hospitales y laboratorios, incluso por temas ajenos al virus, por miedo a ser contagiados; sin embargo, es importante informar que en otras áreas se cuenta con medidas para evitar los contagios.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN
Sobre el uso de mascarilla, Cazali destacó que, es importante reforzar el mensaje sobre el uso correcto de la mascarilla que es una barrera, “en la medida que la gente sepa utilizar la mascarilla, será una mejor barrera, pero hay muchas personas que la usan de forma inadecuada, pero si reforzamos que su uso puede protegerlos del virus, probablemente la utilicen adecuadamente, pese a las molestias o incomodidades que pueda causar”, enfatizó.
Además, mencionó que en otros países, se está registrando un fenómeno en donde los jóvenes saben que tienen menos riesgo de morir o no tienen una tasa elevada de letalidad y sienten que a ellos no les va a pasar nada, pero “el mundo no gira alrededor de una persona, sino de una sociedad y al no usar la mascarilla se pone en riesgo a otras personas, no solo a uno mismo”, recalcó la profesional.
Sobre el lavado de manos, comentó que es importante que sea frecuente y de forma adecuada, ya que no importa el tipo de superficie que se toque, ni cuánto dura el virus en la superficie, al tener contacto con ella podría tenerse contacto con el virus.
“Si usted cuenta con agua y jabón en su casa, puede lavarse con agua y jabón, si cuenta con desinfectante a base de alcohol debe usarlo, este debe aplicarse y frotar las manos durante 20 a 30 segundos, ya que es el tiempo que se requiere para frotar las manos y estar seguro de que se lavaron y se desinfectaron bien”, detalló.
RESPONSABILIDAD ES DE TODOS
De acuerdo con Cazali, no es necesario que un Gobernante o una autoridad para que la población haga lo que le corresponde, con relación a la responsabilidad de cuidarse evitar los riesgos de contagios. Añadió que el país ha visto hospitales colapsados y médicos muriendo por atender a los enfermos, así como personal que pide a gritos insumos y salarios, pero que continúan en la primera línea, atendiendo en muchos casos a personas que no tomaron la situación con responsabilidad.
“¿Quién de nosotros quiere enfermarse o asumir la responsabilidad de enfermar a un familiar o incluso a un desconocido? La responsabilidad del Estado es procurar la salud de la población, pero existe una responsabilidad cívica como ciudadanos de no afectar al prójimo”, enfatizó.
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