Ayer la ministra de Salud Pública, ahora sí ocupando el lugar principal en la mesa, ofreció una conferencia de prensa en la que dijo que la población debe entender que la apertura no es una fiesta y que es obligado que todos mantengan las medidas de precaución para evitar nuevos contagios, afirmando además que según ella el tablero de los casos no está confuso, sino que los periodistas no lo entienden, cuestión que ni siquiera merece comentario porque no somos sólo los periodistas los que se han quejado sino hasta epidemiólogos experimentados hacen el mismo cuestionamiento sobre la forma enredada que escogieron para trasladar “información” que no permite ver la realidad de la pandemia.
El Gobierno, lejos de andar pactando cosas que no debe en la Finca Santo Tomás, debió haber dedicado más tiempo para trasladar el mensaje correcto pues la realidad es que la pandemia no ha mejorado y las condiciones económicas tampoco y eso obliga a abrir antes de lo dicho a lo largo de la emergencia sanitaria.
El mensaje debió ser mejor porque se le traslada la responsabilidad a la gente, pero todos sabemos (autoridades incluidas) que somos una sociedad que no es de mucho cumplir las reglas, desde quienes están en las posiciones de poder hasta el ciudadano común y corriente. Al ser doble la responsabilidad individual, el traslado de la información y las campañas de concientización son vitales.
Anunciar una reapertura “controlada”, con todo y transporte público, fue utilizado por la gente como que ya todo había terminado y por eso es que era fundamental aprovechar el domingo (y días previos) para ser lo más preciso en el mensaje.
El mismo comisionado presidencial para el virus hizo énfasis antes y después de ser nombrado, en la importancia de reducir la movilidad y se refirió varias veces al tema. Al eliminar las restricciones, tanto de vehículos por placa como de horarios al suprimir en buena medida el toque de queda y sin ser enfáticos en la realidad que enfrentamos (salud y economía), la gente (mucha que solo excusas buscan) lo tomó como que podía moverse sin restricciones porque la cosa ya había mejorado lo suficiente como para eliminar esas disposiciones presidenciales.
Lastimosamente estamos viviendo sin liderazgo de un Gobierno que brilla más por pelear y confrontar. Las autoridades deben marcar distancia de eso y hablarnos de las realidades que vivimos para que la gente tenga plena conciencia porque sin cumplir con sus propios anuncios de que debía haber incremento de pruebas de laboratorio y reducción de los casos, anuncian que ya se re abre la economía y en el imaginario colectivo apertura significaba notable mejoría de las condiciones.
No hay excusa alguna.Las autoridades no se pueden hacer a un lado y la gente no puede andar en fiestas y piñatas como si nada.