Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Si previo al COVID-19 teníamos retos, durante y post pandemia los mismos se han incrementado de manera exponencial. Nos levantaremos de esta, pero no será fácil y no pasará de la noche a la mañana. Nos demandará trabajo, esfuerzo y mucho sacrificio. En el ínterin, veremos muchas personas y cosas caer.
En términos sanitarios los retos han sido enormes y aunque nos falta trecho por recorrer, no pierdo la fe que a pesar de los meses que perdimos al inicio de esta pandemia, las autoridades actuales de la cartera de salud y Coprecovid, logren armar toda la estrategia en virtud de la cual podamos seguir batiéndonos con esta enfermedad de la mejor manera posible, en medio de las enormes precariedades del sistema.
De la manera en que sobrellevemos el tema de salud, dependerá el futuro económico y social del país, porque la pandemia no solo vino a darnos en la nuca si no puso en relieve las enormes desigualdades que hemos permitido en el país e intentar minimizar el impacto o peor aún, el estallido social, es un enorme reto. Esto nos debe servir para ya no seguir dejando a más gente atrás.
Los efectos económicos están siendo muy duros. Se necesita un balance entre aplanar la curva y empezar con ciertas fases de lo que será la re apertura y para ello necesitamos asumir con plena responsabilidad nuestro rol ciudadano. Somos una sociedad que no siempre es proclive a cumplir las normas y ahora vemos cómo, muchos, siguen ignorando el distanciamiento y el uso de la mascarilla.
Si en condiciones normales, el que opera al tenor de las reglas se la va complicada, en tiempos de pandemia y distanciamiento social es peor. En Guatemala no es secreto que el contrabando y el crimen organizado son una amenaza para todo aquel que opera al tenor de las reglas y por eso es que necesitamos un Estado de Derecho Independiente y jueces sin ataduras a la asquerosa impunidad.
Es vox pópuli un caso en GT en el que un grupo enorme se queja que otros le hacen competencia desleal porque tienen toda una estructura de contrabando para importar los bienes. Los primeros han contratado abogados que les gusta operar dentro del marco de la ley y los segundos fueron a buscar abogados que operan y saben cómo se mueve la justicia paralela.
Los que denuncian que hay contrabando se quejan de que los acusados, siempre y no saben cómo, consiguen resoluciones de jueces de todo el país que los favorecen. Se quejan que la Superintendencia de Administración (SAT) no procede y que el Ministerio Público (MP) no avanza (y no solo ahora que es vigilante el ente investigador).
Pero todo pasa porque a quienes acusan de contrabandista usan abogados que saben graduar jueces o magistrados, los capacitan o sabe aceitar la máquina lo suficiente para lograr sus cometidos. Lo mismo le ocurre a quienes se enfrentan mafias del crimen organizado, porque estas se defienden o atacan igual, es decir, usando el sistema paralelo de justicia.
Por eso es que es necesario que todos, pero especialmente la comunidad de negocios del país, abra los ojos y entienda por qué, ahora más que nunca, es indispensable que se elijan magistrados cumpliendo con la Constitución.
No se trata de salir de los candidatos de Gustavo Alejos para caer en los candidatos de la “sociedad civil”, como algunos dicen, se trata de reconocer la falta de idoneidad de quienes fueron a besar la mano a Alejos y que el Congreso cumpla con el artículo 113 (capacidad, idoneidad y honradez).
Al ver quienes no salieron con comunicados apoyando al Congreso y atacando a la Corte de Constitucionalidad (CC), se entiende que hay muchos dentro de la comunidad de negocios que entienden el problema. Es La Hora de trabajar en consenso porque la justicia independiente no es de ideologías, en cambio a las mafias, les vale la ideología pero sí se unen para privilegiar a los que operan al margen de la ley.
