Segunda Parte
Clynton R. López Flores
Filósofo
¿Nos protege el Estado? ¿Estamos protegidos por el Estado?
Generalmente las preguntas acerca del funcionamiento del Estado, o una política pública específica se resuelven empíricamente. El evento está en pleno desarrollo por lo que aún es difícil concluir si hay éxito, un relativamente mejor, o un relativamente peor porque la información cambia muy rápido, dado el fenómeno en cuestión1. Otra dificultad que se enfrenta el análisis de datos son las instituciones poco transparentes o la baja capacidad estatal para manejar el fenómeno. Pero, dadas todas estas circunstancias se ha decidido trabajar con la información de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que son países con instituciones teóricamente más transparentes, con relativamente capacidad estatal mayor que otros países y en general con estados de bienestar que en teoría podrían responder mejor a la pandemia.
Dada toda la limitación de la información y datos acerca de la pandemia, se han planteado dos correlaciones (no se reclama causalidad), una entre el número de contagios y el gasto total de gobierno como % del PIB (año 2018), y el número de Muertes con % del gasto total de gobierno en salud como % del PIB (año 2016).
Las dos variables indicativas, el número de contagios, y el número de muertes, han sido ajustadas a una tasa de 100 mil habitantes y a su vez ajustados al número de días que lleva el país desde el primer día que se oficializó un caso. De esta forma podemos comparar por diferente tamaño de territorio, y de días que lleva la pandemia en el país.
Lo que se espera en el modelo sería una correlación negativa entre el número de contagios y la capacidad estatal instalada. Es decir, a mayor capacidad instalada de estado se esperaría que hubiera sido más eficiente para contener los contagios. Esa es la promesa que venden los estados con su propio crecimiento. En el caso de las muertes se esperaría igualmente una correlación negativa entre el número de muertes y el nivel gasto público en salud2.
La hipótesis que deseo indagar con evidencia empírica es: Los Estados no son capaces de protegernos de muchos fenómenos, ejemplo la pandemia de COVID-19. De forma indirecta, la premisa de Nietzsche de que no importa cómo nos organicemos los seres humanos, no existe garantía de la existencia. Solamente formas relativamente más exitosas, y otras relativamente menos exitosas de enfrentar la vida.
Número de casos y Gasto de Gobierno como % del PIB
Fuente: Elaboración propia con datos de la Organización Mundial de la Salud, y del Banco Mundial y de la OCDE.
Como puede observarse en el diagrama de dispersión no existe evidencia de que la capacidad estatal fuera capaz de frenar, o disminuir los contagios3.
Muertes y Gasto de Gobierno como % del PIB
Fuente: Elaboración propia con datos de la Organización Mundial de la Salud, y del Banco Mundial.
En la segunda gráfica puede verse que no existe evidencia, al día de hoy, que mayor gasto estatal en salud signifique una forma más eficiente de luchar contra la pandemia.
Los datos son elocuentes y no muestran evidencia que nos indique que mayor capacidad estatal, o mayor gasto de gobierno en salud pública puedan inducir a una forma más eficiente de luchar contra la pandemia. Esta información en la medida que se haga disponible y sea confiable debe de seguirse explorando. Por el momento, no hay justificación empírica de solicitar mayor capacidad estatal para luchar contra la pandemia (en términos de salud).
Conclusiones
Los estados nacionales han propagado la creencia popular que son capaces de resolver problemas de la población, pero sobre todo la idea de garantizar una vida con derechos, y en tranquilidad. La vida en general tiene un eminente sentido trágico al cuál no se puede escapar de ninguna manera. La forma en que se puede compensar de cierta manera el carácter trágico de la existencia es la forma en la que la encaramos. Esa forma en la que encaramos la vida es propia de cada individuo y de cada pueblo. No hay forma de eliminar el elemento potencialmente trágico de la existencia, pero eliminar la forma en que podemos encarar la vida (prohibidos por un Estado) elimina de tajo cualquier carácter heroico de la existencia. No hay posibilidad de enfrentar la vida con dignidad y heroísmo cuando la actuación estatal la inhibe o prohíbe.
En términos de eficiencia, el Estado inhibiendo acciones diversificadas, y dispersas reduce la probabilidad de encontrar una forma más eficaz de luchar contra la pandemia. En el caso de la pandemia sería importante, aun con el daño estructural hecho en la cultura occidental, dejar libre a la gente que enfrente – en su derecho – la pandemia de la forma en que mejor pueda enfrentarla. Habitualmente en términos prácticos los burócratas juzgan pronto las decisiones de las personas y creen saber qué es mejor para ellos, antes que ellos mismos. Banarjee & Duflo dicen: “(…) the choices of the poor often make more sense than we give them credit for”. (Banarjee & Duflo, 2019, 100). Si vemos de cerca las decisiones de miles de personas que salen a las calles sabríamos el porqué de esas decisiones. Usualmente estas decisiones son las mejores para su propia vida. Banarjee & Duflo establecen el caso en su estilo experimental y cuasi experimental.
La respuesta a la pregunta ¿estamos protegidos por el Estado? Se responde indirectamente con lo anterior. No estamos protegidos.
Referencias:
Banerjee, Abhijit, & Duflo, Esther. 2019. Good Economics for Hard Times. New York: Public Affairs..
Nietzsche, Friedrich. 2000. Genealogy of Morals. New York: Modern Librery Edition.
Nietzsche, Friedrich. 2009. Así hablaba Zaratustra. Barcelona: Ediciones Brontes, S.L.
Nozick, Robert. 1974. Anarchy, State, and Utopia. New York: Basic Books Inc.
Safranski, Rüdiger. 2002. Nietzsche: A Philosophical Biography. New York: W. W. Norton & Company Inc.
Pavlik, J.B., Young, A.T. Medieval European traditions in representation and state capacity today. Econ Gov (2020). https://doi.org/10.1007/s10101-020-00236-5
1 Por ejemplo: de 135 países que reportan datos para marzo 28 de 2020, la información de los países antes de 30 días no permitía hacer proyecciones de la cantidad de contagiados que tendrían en los subsiguientes días.
2 Las variables a futuro, cuando los datos se vuelvan disponibles, podrán ajustarse a las características demográficas de cada país, es decir, por ejemplo la pirámide poblacional. En tiempos posteriores podrá estudiarse también las diferentes estructuras de los sistemas estatales de salud para determinar si son más o menos eficientes para este tipo de eventos. Por el momento el análisis es limitado, pero ilustrativo de la situación. Los datos de casos y muertes han sido tomados de un recopilador de datos que son proporcionados por la Organización Mundial de la Salud. He dado seguimiento a estos datos por 21 días y es lo más confiable que he encontrado en el camino. Los datos de % de Gasto de Gobierno del PIB son tomados de la página de la OCDE, y el resto de los datos como población y gasto en salud del PIB de la página del World Bank Development Indicator Database.
3 En el proceso se probó con contagios, tasa de contagios, y con tasa de contagios ajustado por días de la pandemia en el país. En ningún caso se encontró evidencia de que la capacidad estatal instalada fuera significativa en su prevención.