Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Quien creyó que el nuevo Congreso iba a ser diferente que el anterior se equivocó porque en ambos casos los legisladores fueron electos mediante un sistema al que se accede pagando el espacio por la curul, financiando al dueño del partido y recibiendo financiamientos que luego se deben pagar con creces, como, por ejemplo, elegir Cortes al gusto del financista (ya sea de cuello blanco, narcotráfico o crimen organizado).

Gustavito Alejos, como le dice la Sandrita Torres, fue la llave que le entregó al oficialismo una impensable victoria en su lucha por la Junta Directiva, pero el capo del financiamiento ilícito y operación paralela que ha terminado sirviendo a los copetudos y lo más chorreados, sabía a qué estaba jugando porque ayudó para que se comieran el dulce, mientras él se preparaba para comerse el pastel entero.

Y como ya todo estaba cocinado, ahora se resisten a tan siquiera depurar los listados. Los que ya tienen problemas legales no cederán un ápice porque sienten que esta elección de Cortes les permite salir con estrella en la frente pese a sus hechos. Se han sentido frustrados de que, tras tanto pactar con el Congreso anterior la reforma al financiamiento electoral, sigan ligados y por eso cifran sus esperanzas de impunidad en la elección de Cortes. Además, dicen: “a Gustavo lo tendrá que sacar de este hoyo una sala que elijamos”.

Y los que aún no tienen el problema, pero se relamen los bigotes para hacer negocios, traficar influencias y usar el sistema a su favor, entienden que necesitan tener la tranquilidad de las Cortes para no pasar penas como las que ahora tienen a Gustavito en Matamoros quien se encuentra molesto porque no está en su centro de operaciones, es decir, el Mariscal Zavala.

Entonces por eso es que desde la alianza oficialista ha habido un cerrón de filas en favor del proceso, al colmo que con total descaro dicen que el mismo ha sido transparente. El Congreso, con la tranquilidad de saber que el pueblo no pedirá su depuración, terminará la faena para elegir las Cortes de Alejos que servirán a todos en el reinado de impunidad y la dictadura de la corrupción.

Los operadores del pacto, pegados a la UCN de Mario Estrada, gritan a los cuatro vientos que no les importan las amenazas de Estados Unidos o quedarse sin visas porque, según dijo uno de ellos a su círculo de confianza, si Trump defiende a sus amigos (Roger Stone) por qué nosotros no vamos a tener nuestras propias Cortes para volver a vivir en paz.

Las mafias necesitan seguir haciendo de esto un tema “ideológico”, pues es lo único que les queda y es su manera de lavar cara. Cuando sus hijos les pregunten cómo es que terminaron aliados a la UCN de Mario Estrada, a Gustavo Alejos y a Sandra Torres, no tendrán cómo explicar ese bochorno y por eso es que se necesitan aferrarse al hueso ideológico.

No desatendamos el llamado de al menos 31 diputados, que además de pedir que se conforme una comisión que pueda evaluar a los candidatos y en especial sus vínculos con las mafias, se organice un grupo para empezar a analizar la reforma a la Constitución; esto último es el camino si de verdad deseamos luchar contra la cooptación.

Y como los diputados defenderán el sistema con todo lo que tienen, la gente habrá de armarse de valor para pedir la depuración de las mafias en el Congreso, pero eso solo pasará si dejamos de ser esa sociedad indiferente o deshuevada que al final de día merece tener esta clase de mafias en la política porque a eso nos hemos conformado.

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