Ayer el presidente Giammattei, en conferencia de prensa, tajantemente dijo que no fue un plan serio lo de la propuesta para asesinar a los Fiscales Aldana, Sandoval y Schaad, minimizando el hecho al restar seriedad a la conspiración de Mario Estrada que, por supuesto, no llegó a concretarse porque los que recibieron la propuesta eran agentes encubiertos de la DEA de Estados Unidos, quienes para ganarse la confianza del político guatemalteco sí le proporcionaron algo de dinero pero, por supuesto, no procedieron a eliminar a nadie como pretendía el dueño, amo y señor del partido UCN que ahora forma parte de la alianza pro gobierno en el Congreso.
El mismo Estrada, cuando hizo la propuesta de eliminar Fiscales, dijo que la tarea sería fácil porque eran odiados por muchos en Guatemala y que por lo tanto sería difícil determinar el origen de la acción criminal. El hecho de que no se haya concretado el crimen no hace menos seria la propuesta ni resulta edificante que el actual Presidente diga que no fue un plan serio. ¿Habría hecho falta que los mataran para considerar como seria una conspiración de ese calibre?
El fiscal Sandoval, quien hace gala de mucha ponderación cada vez que hace declaraciones públicas, lamentó la afirmación presidencial sobre el plan en su contra, cuya divulgación coincidió con la torpe declaración de su colega que “investiga”, al estilo y ritmo que ahora muestra el Ministerio Público, la participación de Jimmy Morales en el célebre almuerzo de la gallina en crema con loroco. El fiscal dijo que no han avanzado porque no han logrado tomar declaración de Schaad y Aldana pues desconocen su paradero, pero no dijo que tampoco ha declarado Sandoval. En todo caso, la investigación del almuerzo y de lo que allí habló Morales con los de la DEA, encubiertos como miembros del Cártel de Sinaloa, no depende de lo que puedan aportar quienes serían víctimas de un complot, más resulta un buen pretexto para justificar que ese caso avance.
La declaración de un Giammattei airado y molesto por una pregunta periodística demeritó la importancia de la conspiración negando la seriedad del plan porque el mismo no fue ejecutado ni seriamente implementado por los de la DEA, contra los fiscales que lucharon contra la corrupción y que, por ello, se ganaron el odio de poderosos e influyentes sectores que han recobrado su papel hegemónico, entre los que está el mismo partido de Estrada, la UCN, que es pivote fundamental en la alianza legislativa del gobierno.