La sorpresiva inclusión ayer en la agenda del Congreso de la Ley de Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s) permitió ver por primera vez en función a la aplanadora oficialista que de manera sorpresiva logró la aprobación de la iniciativa que había sido propuesta por los desprestigiados exdiputados Estuardo Galdámez y Luis Hernández Azmitia, mediante la cual el Estado asume un control directo sobre entidades relacionadas con el tema de los derechos humanos, la transparencia y la fiscalización, estableciendo sanciones penales para directivos que “alteren el orden público”, cuestiones que sin duda darán lugar a acciones de inconstitucionalidad que ya están anunciando varias de las entidades que se sienten afectadas por la limitación al derecho a la libre asociación y organización.

Pero indudablemente que además del hecho de que se haya presentado abruptamente la iniciativa de ley en el pleno, lo más relevante es que gracias a que funcionó la aplanadora oficialista la misma fue aprobada a toda marcha, dejando en evidencia que esa “alianza” parlamentaria que promovió el oficialismo para elegir a su Junta Directiva va mucho más allá de un simple acuerdo relacionado con la conformación del cuerpo director del Congreso, puesto que van a impulsar precisamente la agenda que venía trabajando el anterior congreso, tan desprestigiado. Y eso se pudo demostrar ayer por el papel protagónico que desempeñaron los diputados Alejos y Arzú para influir en el novato Presidente del Poder Legislativo, quien siguió sus instrucciones de manera diligente.

Y eso es preludio de la decisión fundamental que deberá tomar el Congreso en los próximos días para integrar las Salas de Apelaciones y la Corte Suprema de Justicia, donde se puede ya anticipar que la aplanadora oficialista, conformada gracias a los buenos oficios de Gustavo Alejos y Sandra Torres, designará a los magistrados que serán los encargados de asegurar impunidad para los próximos años en el país. Impunidad que no será únicamente para los sindicados de los delitos de corrupción que se encuentran actualmente sometidos a proceso y en prisión, sino que sin duda tendrá efectos en otras formas de crimen organizado porque no se puede ni deber pasar por alto que una de las fuerzas clave en esa aplanadora oficialista es el partido de Mario Estrada, el cual logró una formidable representación parlamentaria gracias a votos provenientes de distritos en donde se han hecho señalamientos de una fuerte presencia grupos criminales.

Obviamente la influencia de los Alejos y la de los seguidores de Sandra Torres fue crucial, pero no se puede pasar por alto a otros grupos representados en esa nueva y, por lo visto, muy disciplinada alianza parlamentaria que podrá ir imponiéndose a pesar de la vociferante oposición de grupos minoritarios del Congreso. Y entre ellos hay que destacar el papel de dos factores que son decisivos, siendo uno el de la UCN a la que, por supuesto, no le conviene que internamente en Guatemala se vaya a investigar alguna ramificación de los tratos de Mario Estrada con supuestos narcos y otro es el del partido oficial del presidente Giammattei que terminó siendo el gran aglutinador de esas tenebrosas fuerzas.

Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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