El caso de Mario Estrada evidencia los vínculos que hay entre políticos guatemaltecos con el narcotráfico y aunque es el caso más sonado y conocido no es, ni por asomo, el único en el que se da esa peligrosa mezcla tan dañina para la institucionalidad. Baste decir que tras la condena a Mario Estrada su partido político sigue siendo pieza clave en el país y que juega un papel de primer orden dentro de la alianza del oficialismo en el Congreso de la República, esa misma que fue decisiva ayer para aprobar la ley contra las Organizaciones no Gubernamentales dedicadas a la promoción de los derechos humanos y que será la clave de la elección de los futuros magistrados de Salas de Apelaciones y de la Corte Suprema de Justicia.

No se puede desvincular el partido UCN de las andanzas de sus “máximo líder”, concepto que en la política partidaria de nuestro país significa, ni más ni menos, el dueño del partido porque así es como funcionan las entidades supuestamente de derecho público inscritas para ser el vehículo de la participación ciudadana en la política. Y en consecuencia resulta funesto que el oficialismo se nutra de quienes debieran ser excluidos de la elección de magistrados tomando en cuenta ese evidente y probado vínculo con el narcotráfico que salió a luz únicamente porque los supuestos narcos con los que negociaban eran en realidad agentes de la DEA.

Lamentablemente en nuestro país no hay ningún avance en las investigaciones que debieron hacerse como consecuencia de la captura de Mario Estrada en Miami. El delito fue cometido en territorio guatemalteco y aquí el Ministerio Público no mueve un dedo, seguramente por el compromiso que asumió la Fiscal General cuando fue designada para el puesto y la participación de Jimmy Morales en el almuerzo que Estrada ofreció en su finca, donde presentó al Presidente con los supuestos miembros del Cártel de Sinaloa para que éstos se pudieran beneficiar inmediatamente de los acuerdos ya alcanzados.

Los quince años de cárcel para Mario Estrada son producto de su negociación con la fiscalía norteamericana a la que brindó información confesando su crimen. A última hora se quiso pintar como víctima de una trama de su propio partido, pero el juez a cargo del caso no se tragó la excusa que, de todos modos, debiera de terminar de sepultar a la UCN, partido que ahora, en cambio, es junto a TODOS, el pivote del oficialismo en el Congreso de la República tras la negociación promovida por Giammattei para tener mayoría.

Redacción La Hora

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