Viajeros esperan para entrar en el metro en París. FOTO LA HORA: FRANÇOIS MORI/AP.
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PARÍS
Agencia (AP)

Trabajadores aeroportuarios, profesores y otros trabajadores se sumaron hoy a las huelgas nacionales convocadas por los sindicatos, que buscan presionar al gobierno para que descarte la reforma del sistema nacional de jubilación.

En la sexta jornada consecutiva de huelga, en París viajeros locales y turistas echaron mano de las aplicaciones celulares, bicicletas de alquiler y de su creatividad para llegar a trabajar, a la escuela o a los museos.

Muchos franceses siguen mostrando su apoyo a los paros ante el miedo a que su propia pensión merme bajo el nuevo plan del presidente, Emmanuel Macron. Pero algunos admiten que su paciencia se está acabando hacia los problemas en el transporte y los trabajadores ferroviarios en huelga que protestan para mantener su derecho a retirarse antes que otros.

La policía ordenó el cierre de tiendas y restaurantes en una zona de la capital, París, por miedo a la violencia que pueda derivarse de lo que los contrarios al gobierno esperan que sea otra marcha multitudinaria prevista para por la tarde. Al menos 800 mil personas acudieron a manifestaciones en toda Francia en el inicio de las protestas el jueves.

Las movilizaciones se sucedían por todo el país hoy, con sindicalistas ondeando banderas rojas desde Marsella, en la costa mediterránea, a Lille, en el norte del país.

Los sindicatos temen que la reforma impulsada por Macron obligue a la gente a trabajar más años a cambio de pensiones más bajas, aunque el gobierno ya dijo que no subirá la edad oficial de jubilación de 62 años.

Solo una quinta parte de los trenes del país funcionaban con normalidad hoy, frustrando a los turistas que se encontraron con estaciones vacías y trayectos cancelados. La mayor parte del servicio de metro de París estaba parado y solo uno de cada tres buses funcionaba con normalidad. Las calles de la capital estaban atascadas de autos.

Algunos usuarios del transporte público emplearon aplicaciones de viajes compartidos o se quedaron amigos y familiares cerca de sus oficinas. Otros desempolvaron viejas bicicletas, probaron motos eléctricas por primera vez o caminaron varios kilómetros (millas) para evitar los atascos.

«Normalmente tardo 1 hora y 10 minutos (en llegar al trabajo), pero hoy salí de casa a las 08:00 de la mañana, son ya las 10:00 y aún no estoy en el trabajo», dijo Nabil Nouali bajándose de un tranvía en los límites de la ciudad, procedente de los suburbios.

La aerolínea nacional, Air France, dijo el paro dejó a más del 25% de sus vuelos nacionales en tierra el martes, además del más del 10% de sus viajes de media y larga distancia.

Alrededor de la mitad de las escuelas de París estaban cerradas y muchas otras suspendieron las clases.

En total, el número de trabajadores que secundan la huelga es menor de que el de la semana pasada. Los paros podrían desconvocarse después de que el gobierno presente los esperados detalles de su reforma mañana.

Las movilizaciones son una prueba de fuego para Macron, que se comprometió a reformar el sistema de jubilación en su campaña presidencial en 2017.

Ordenó dos años de consultas con los trabajadores acerca del nuevo sistema, que espera unificar los 42 planes de jubilación existentes en uno.

Los sindicatos temen que los cambios en el sistema de pensiones formen parte de un plan más amplio para desmantelar las protecciones a los trabajadores.

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