Juan Antonio Mazariegos G.

La campaña para la elección presidencial del año 2007, trajo consigo el spot publicitario, “Los buenos somos más”, del partido Gran Alianza Nacional (GANA) que postulaba en aquel entonces a Alejandro Giammattei. La apuesta del mensaje dentro de la campaña, era sumar como adeptos y votantes para el candidato, ahora futuro Presidente, a todos aquellos que de alguna manera estaban ajenos a la política, en contra de los de siempre, los que tenían copado ya para entonces la política, el Congreso y el mismo Organismo Ejecutivo, los malos. Eso decía Giammattei.

Esta semana, diversas fuentes noticiosas difundieron un audio en el que, palabras más, palabras menos, nuestro futuro Presidente decía ser un hombre de palabra que no iba a dejar huérfanos a los congresistas actuales, aquellos que continuaran en el Congreso o quienes se retiraban por no haber sido reelectos. El audio se difundió en medio de una campaña en donde se indicaba que era una compra directa de votos y voluntades para aprobar el presupuesto, argumento que fue desmentido inmediatamente por el equipo del futuro gobierno quienes adujeron que se había sacado de contexto lo dicho y que no tenía nada que ver ese comentario con la negociación política para la aprobación del Presupuesto para el año 2020.

Finalmente se conoce ahora que los Jefes de Bancada del Congreso y la Junta Directiva del mismo, declinaron sesionar los últimos días en que era posible aprobar el Presupuesto y en consecuencia el Presupuesto del presente año (2019) automáticamente será el Presupuesto del próximo. En pocas palabras, o no hubo negociación o esta no fue la adecuada y no se podrá decir que Alejandro Giammattei compró voluntades de nadie.

Lo que no podemos dejar de lado, sin importar el contexto en el que se hayan dicho, son las palabras de nuestro Presidente electo, ofreciendo no dejar huérfanos a los diputados. Nunca he negociado nada en el Congreso así que solo puedo hablar desde el punto de vista del “deber ser”, en donde cuando se habla de negociación política, la misma no traspasa los límites de los intereses partidarios o ideológicos de cada diputado o bancada y en donde jamás pueden ser moneda de cambio los intereses personales de los mismos. Dicho de otra manera, si se quedan huérfanos o no, es un asunto que compete a su ámbito familiar únicamente y al resto de nosotros, empezando por el Presidente electo no debiera de importarnos.

En el año 2015 Jimmy Morales llego al poder de casualidad, impulsado por una ola de repulsa contra la clase política, (simplemente era el menos político de los candidatos), Morales no supo subirse a la ola, aprovechar la oportunidad y lejos de romper el círculo vicioso se adaptó a él. Por favor Presidente Giammattei, le costó tanto llegar a la Presidencia, fueron tantos años de intentarlo que vale la pena comprobar si los buenos somos más y le apoyan, no negocie, denuncie, no adopte, castigue, deje huérfano a todo aquel que quiera continuar privilegiando sus intereses personales por encima de los del país. De pronto y tenía razón en el 2007 y los buenos somos más.

Juan Antonio Mazariegos

jamazar@alegalis.com

Abogado y Notario por la Universidad Rafael Landívar, posee una Maestría en Administración de Empresas (MBA) por la Pontificia Universidad Católica de Chile y un Postgrado en Derecho Penal por la Universidad del Istmo. Ha sido profesor universitario de la Facultad de Derecho de la Universidad Rafael Landívar en donde ha impartido los cursos de Derecho Procesal Civil y Laboratorio de Derecho Procesal Civil. Ha sido y es fundador, accionista, directo y/o representante de diversas empresas mercantiles, así como Mandatario de diversas compañías nacionales y extranjeras. Es Fundador de la firma de Abogados Alegalis, con oficinas en Guatemala y Hong Kong, columnista del Diario La Hora y Maratonista.

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