Foto La Hora: Andrew Harnik/AP/El dominicano Juan Soto, de los Nacionales de Washington, conecta un sencillo productor de tres carreras en el juego de comodines ante los Cerveceros de Milwaukee.

Por HOWARD FENDRICH/AP
WASHINGTON

Fueron años de sinsabores, eliminaciones tempranas y triunfos que parecían en la bolsa pero se convirtieron en tropiezos por infortunios. En ese sentido, era lógico que los Nacionales requirieran de un joven de 20 años, ajeno a esas tristes historias, para avanzar al fin en los playoffs.

Y quizás, sólo quizás, tiene sentido que el maleficio haya quedado roto por esta nueva versión de los Nacionales, que languidecían en mayo con 12 juegos por debajo de .500 y que saben cambiar su suerte, incluso cuando el panorama es oscuro.

El dominicano Juan Soto conectó un sencillo con las bases llenas contra Josh Hader, para producir tres carreras con dos outs en la parte baja del octavo inning, y Washington remontó para derrotar ayer 4-3 a los Cerveceros de Milwaukee en el juego de comodines de la Liga Nacional.

“Tuvimos un comienzo horrible, como todos saben, y nos prometimos que no nos rendiríamos”, comentó el manager boricua de los Nacionales, Dave Martínez, en una referencia que puede aplicarse por igual a la campaña que al juego de ayer. “Les dije a los chicos: ‘Les prometo que si siguen adelante y no renuncian, esto cambiará’. Y cambió. Aquí estamos hoy”.

Luego que Hader llenó las almohadillas al golpear a un bateador, caminar a otro y permitir un sencillo de bate quebrado, Soto mandó una recta de 96 millas por hora al jardín derecho

Y la suerte cambió de bando.

La pelota escapó bajo el guante del jardinero Trent Grisham, en un error que permitió a los tres corredores llegar al plato

Asimismo, la pifia hizo posile que Soto llegara a la intermedia y avanzara después a la antesala. Eventualmente, el joven quisqueyano de 20 años fue sorprendido en los senderos, pero ello de poco importó: Había convertido un déficit de 3-1 en una ventaja de cara al último inning.

Soto aplaudió, se dio un golpe en el pecho, e intercambió una palmada con el coach de la antesala Bob Henley.

“¡Vámonos!”, gritó en español.

Stephen Strasburg lanzó tres innings en blanco para acreditarse la victoria en la primera aparición como relevista de su carrera en las Grandes Ligas, ya sea en temporada regular o playoffs. Daniel Hudson lanzó la novena entrada para el salvamento.

La derrota fue para Hader.

Los Nacionales, muy familiarizados con las derrotas dolorosas en los playoffs desde que se mudaron de Montreal antes de la campaña de 2005, avanzaron a la Serie Divisional del Viejo Circuito contra los campeones del Oeste, los Dodgers. El primer juego se disputará el jueves en Los Ángeles.

Washington tenía una foja de 0-3 en juegos de vida o muerte. Todos esos tropiezos se habían producido en el quinto encuentro de series divisionales, como local.

“Habíamos estado muchas veces aquí y nunca resultaba”, dijo Ryan Zimmerman, la primera selección de los Nacionales en el draft de 2005 y quien había vivido todas estas decepciones “Finalmente lo conseguimos esta noche”.

Esta vez fue diferente. Los Nacionales avanzaron al fin, aunque en un juego de comodines, no en una serie.

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