Brittany Kaiser, ex directora de desarrollo empresarial para Cambridge Analytica, en una escena del documental "The Great Hack". Foto la hora: Netflix /AP.

Por ANICK JESDANUN
NUEVA YORK
Agencia (AP)

El nuevo documental «The Great Hack» captura cómo el manejo despreocupado de datos de usuarios de Facebook en el escándalo de Cambridge Analytica puso en riesgo a la democracia.

Pero no prueba afirmaciones de que los datos obtenidos ilícitamente ayudaron a la elección del presidente Donald Trump.

La cinta, estrenada en Netflix y algunos cines ayer, sigue a la exejecutiva de Cambridge Analytica Brittany Kaiser por el mundo, desde el festival Burning Man en Nevada hasta una piscina en un escondite en Tailandia y un vuelo de Nueva York para declarar en la investigación de Robert Mueller sobre la interferencia en las elecciones del 2016. Kaiser revela correos electrónicos internos, entradas en calendarios y charlas promocionales en video, aunque la película no ata realmente los cabos sobre lo que en verdad dicen los documentos.

En vez, presenta mayormente lo que ya se ha reportado en varios medios noticiosos. Para alguien que nunca haya escuchado de Cambridge Analytica, o no conozca todos los detalles del escándalo que llevó a Mark Zuckerberg a declarar ante el Congreso y que puso a su compañía bajo investigación federal, «The Great Hack» proporciona un buen resumen de cómo empresas como Facebook recolectan y usan datos para influenciar lo que uno piensa. También vale la pena verlo como un recordatorio del enorme poder y la gran amenaza de Big Data.

Cambridge Analytica compiló información a través de una aplicación de Facebook promocionada como una herramienta de investigación psicológica. Casi 270.000 personas descargaron y compartieron detalles personales en la app. Bajo las políticas de Facebook de ese entonces, la aplicación pudo extraer también información de los amigos de esos usuarios, aun cuando esos amigos nunca dieron su consentimiento. Facebook dijo que hasta 87 millones de personas se habrían visto afectadas.

La aplicación fue diseñada por el entonces profesor de psicología de la Universidad de Cambridge Aleksandr Kogan. Cambridge Analytica, cuyos clientes incluían la campaña electoral de Trump en el 2016, le pagó a Kogan por una copia de los datos, aun cuando la firma no estaba autorizada a proporcionar esa información. Cambridge Analytica le echó la culpa a Kogan, que a su vez acusó a Facebook de tratar de desviar la atención de lo que calificó como su propia exposición negligente y sistemática de datos de sus usuarios. El escándalo estalló en marzo del 2018 luego que periódicos reportaron que Cambridge Analytica todavía tenía información que prometió borrar tras enterarse de sus orígenes dudosos.

Al escuchar a Kaiser, un autodescrito soplón, podría pensarse que Cambridge Analytica llevó a la victoria electoral de Trump. Kaiser, quien era el director de desarrollo empresarial de la compañía, explicó que los datos ayudaron a Cambridge Analytica a identificar «votantes influenciables». Dijo que la firma se enfocó en blogs, sitios web, artículos, videos y anuncios comerciales dirigidos específicamente a ellos, «hasta que vieron el mundo como nosotros queríamos que lo vieran».

David Carroll, un profesor de la escuela de diseño Parsons que también aparece en la película, dijo que dado lo cercanas que estaban las elecciones en ciertos estados, sólo convertir a una «pequeña porción de la población» era suficiente.

Documentos federales de las elecciones muestran que la campaña de Trump le pagó a Cambridge Analytica casi 6 millones de dólares. Cambridge Analytica dijo que nunca usó los datos de Kogan en su trabajo para Trump. La campaña de Trump también negó haber usado datos de la firma.

Expertos dicen que la influencia de Cambridge Analytica era creíble pero no concluyente.

Agregó que el trabajo de Cambridge Analytica no puede verse de manera aislada.

Apenas 12 minutos antes de que rueden los créditos, «The Great Hack» menciona otros factores en juego, incluyendo una campaña de desinformación liderada por los rusos que se centró en publicaciones y anuncios falsos para sembrar descontento en el electorado estadounidense. Fue entonces que Kaiser expresó dudas: «Quizás quise creer que Cambridge Analytica era simplemente lo mejor. Es una historia conveniente de creer».

Kaiser dijo al Parlamento británico el año pasado que Cambridge también ha trabajado con simpatizantes de Brexit. Entre otras cosas, «The Great Hack» muestra imágenes de Kaiser en el escenario durante la campaña Leave.EU. También muestra una declaración en línea de Leave.EU sobre la contratación de la firma. Pero Cambridge Analytica ha negado su participación en la campaña para que el Reino Unido dejara la Unión Europea.

No es de sorprender que las técnicas de mercadeo de Cambridge Analytica, como revelaron Kaiser y videos capturados secretamente por el Channel 4 de Gran Bretaña, presuman sobre las habilidades de la compañía. Y no es de sorprender que la compañía haya buscado minimizar su papel una vez que fue atrapada. La verdad probablemente está en algún punto intermedio. Dónde, es algo que no explora la película

El soplón original de Cambridge Analytica, Chris Wylie, dijo al Parlamento británico que en realidad no importa si la firma tuvo éxito.

Wylie se refería al papel potencial de Cambridge Analytica en Brexit, pero su sentimiento pudo fácilmente aplicarse a Trump. En otras palabras, es suficientemente malo que esto haya pasado, independientemente de si funcionó.

La cinta pudo haber terminado ahí, pero en vez sugiere una influencia aún mayor, sin ahondar del todo en esas dinámicas.

La periodista británica Carole Cadwalladr, quien destapó las primeras historias sobre el escándalo para el diario The Guardian, señaló en la película que Cambridge Analytica «de hecho apunta a esta historia más grande y preocupante, que es que nuestra información personal está allá afuera y es usada contra nosotros mismos de maneras que no entendemos».

La cinta intenta ilustrar esto a través de la búsqueda de información de Carroll sobre lo que Cambridge Analytica tenía sobre él. Sus esfuerzos fueron básicamente rechazados, y los cineastas no aprendieron nada nuevo por su cuenta. Tampoco exploran la propia actitud de Facebook hacia los datos o lo que el profesor de Syracuse Grygiel describió como un ambiente de noticias falsas que Cambridge Analytica puede explotar.

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