Danilo Santos

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Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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Danilo Santos

Los resultados electorales del pasado fin de semana eran relativamente previsibles, al igual que el alto nivel de abstencionismo y el posterior descontento de quienes quedarían fuera de la carrera por la Presidencia o el Congreso de la República. El discurso del fraude más parece ser una jugada para asegurar el poder, y no un reclamo digno de la representación que la población ha delegado en los partidos políticos, a excepción claro está, de Thelma Cabrera y el Movimiento para la Liberación de los Pueblos. Los demás son unos cínicos.

Alejandro Giammattei dice confiar en los resultados, pero que se debe descuidar la “paz social”, esa es una amenaza solapada que solo pretende hacer creer a los votantes para segunda vuelta, que él es digno de su voto. La irresponsabilidad del presidente Morales hace buena compañía a lo anterior, pues en sus declaraciones dice “no quería decir se los dije, pero se los dije”, aludiendo al peligro que corría –nuestra– democracia en las presentes elecciones. Y para terminar de armar la ecuación, uno de los grandes derrotados, el representante del partido TODOS, también menciona que “nuestra democracia está en peligro”.

Leyendo el metamensaje de los anteriores personajes, podemos ver claramente que a lo que ellos llaman democracia y es el poder que tienen sobre la Cosa Pública, que el peligro que ellos ven es el de perder el control del Legislativo y el Ejecutivo, y de no poder llegar a acuerdos con quienes lo asalten. Si vemos rápidamente los resultados del Legislativo, a la bancada electa de la Unidad Nacional de la Esperanza le sería más fácil negociar con los quince o dieciséis diputadas y diputados de centro izquierda, y luego buscar diez votos más; que tomar en cuenta al abanico de partidos de ultraderecha que quedaron dispersos en las curules. Si la UNE ganase la Presidencia de la República, tendría amplias posibilidades de manejar el Legislativo también. Esto les aterra a los del Pacto de Corruptos.

Dicho lo anterior, no significa que no hayan existido anomalías en el conteo y traslado de resultados, de buena o mala fe, siempre los hay, elección tras elección, pero ahora no benefició a los que tradicionalmente los promueven. Con todo y eso, un fraude a favor de la UNE es improbable.

Así las cosas, la revisión acta por acta sacará a luz muchos más errores de los ya consignados, ojalá se corrijan en paz y se pase a segunda vuelta sin mayores contratiempos. Si el lunes luego de la revisión, el conflicto continúa y continúan los irresponsables como Galdámez y comparsa avivándolo, podemos llegar a una escalada tal que, se aplace la segunda vuelta, se dé una segunda vuelta en medio de un malestar generalizado o lo más grave, que no se realice la segunda vuelta y entremos en una nueva crisis de gobernabilidad, de donde los únicos beneficiados serán los que han perdido las elecciones.

Ojalá que, al revisar y corregir, el tiro les salga por la culata y entren al Congreso más cuadros de izquierda, especialmente del Movimiento para la Liberación de los Pueblos.

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