Por Redacción La Hora
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El filántropo húngaro George Soros fue reconocido por el Financial Times (FN) como la Persona del Año, al considerar que Soros es el abanderado de la democracia liberal y la sociedad abierta, ya que estas son las ideas que triunfaron en la guerra fría y hoy en día, están bajo asedio por todos lados desde la Rusia de Vladimir Putin hasta la América de Donald Trump, según la publicación.

El Financial Times, un periódico de origen británico con especial énfasis en noticias internacionales de negocios y economía, señaló que la elección de Soros como Persona del Año es un reflejo de sus logros y valores que representa.

Para el FN, la influencia de Soros ha tenido un costo muy alto para el padre de 88 años de la industria de los fondos de cobertura y uno de los filántropos más destacados del mundo. Desde su Hungría natal hasta su América adoptada, las fuerzas del nacionalismo y el populismo están golpeando el orden democrático liberal que ha apoyado incansablemente, argumentaron.

«Fue un gran impulso reforzar mi creencia de que estamos haciendo algo bien», no hemos dejado de tener una influencia beneficiosa», dijo Soros.

El hombre descrito una vez como el único individuo con una política exterior debe lidiar con el surgimiento de hombres fuertes en todo el mundo, y una reacción violenta diseñada para deslegitimizarlo, añaden.

El FT, explicó que durante más de tres décadas, Soros ha utilizado la filantropía para luchar contra el autoritarismo, el racismo y la intolerancia. A través de su largo compromiso con la apertura, la libertad de los medios y los derechos humanos, ha atraído la ira de los regímenes autoritarios y, cada vez más, de los populistas nacionales que continúan ganando terreno, particularmente en Europa.

«Me culpan por todo, incluso por ser el anti-Cristo, desearía no tener tantos enemigos, pero lo tomo como una indicación de que debo estar haciendo algo bien», destaca Soros en una publicación del FT.

De acuerdo a FT, los críticos del Sr. Soros han señalado contradicciones irreconciliables en su personalidad. Hizo su fortuna como un especulador despiadado, con poca consideración por las consecuencias de sus megas apuestas, pero lo regala con celo mesiánico. Detectan en su filantropía un sentimiento de culpa reprimida. Sin embargo, quienes lo conocen bien dicen que la misma línea de rebelión y la alta tolerancia al riesgo recorren todo lo que ha logrado, ya sea en la gestión de fondos o en la filantropía.

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