Fernando Mollinedo C.
Este país que tiene enormes rezagos sociales, un endeudamiento público sin paralelo por el monto y ritmo con que los honorables diputados de las diferentes legislaturas nos endeudaron, más un pobre crecimiento, aparte del baño de sangre con la guerra interna, desaparecidos, impunidad y la corrupción pública y privada, pues la primera no es dable sin la segunda; desarrollamos nuestras vidas comentando en todos los estratos sociales nuestro diario vivir.
Cada persona puede llamarle como desee; comentocracia o chirmolería al acto de comentar sobre aspectos de política, economía, salud, educación y otros temas que según su saber y entender se lo permita, y al hacerlo, los hay quienes pontifican sobre lo que expresan, a veces sin fundamento y sólo porque escucharon campañas a lo lejos, emiten opiniones tan versadas que cual sofistas desean que sus interlocutores crean como verdad absoluta.
El derecho a opinar y defender su verdad es para todos, y políticamente, todas las facciones ideológicas mal llamadas partidos que hacen gobierno y los de oposición expresan su punto de vista, criticando o ensalzándolos con relación a los actos de los gobiernos de turno; circunstancia muy entendible en la cual existe una carga emocional, positiva o negativa.
A los defensores oficiosos de los gobiernos podría llamárseles comentócratas del poder, pues alaban hasta la más mínima acción sobredimensionándola para justificar social y políticamente a los gobernantes de turno; esa es su función, abyecta y satisfactoria para quien la realiza a cambio de un salario, pago, sueldo o granjerías.
La etapa política conservadora, más los 147 años de modelo liberal dejaron un magro resultado social y económico pues beneficiaron básicamente a los que fueron y son los verdaderos dueños del país, la plutocracia guatemalteca, minorías, transnacionales europeas y estadounidenses que iniciaron, practicaron e institucionalizaron la dependencia del mercado y definieron el tipo de educación para las masas, por eso estamos como estamos.
A nivel popular, la comentocracia es el pan de todos los días, pues cada opinólogo maneja su verdad en función de sus muy particulares intereses; en todos los estratos sociales y económicos, la población emite su opinión en forma verbal, escrita, televisiva o cualquiera de los medios que integran las redes sociales.
Muchísimas personas son objeto fácil de la credibilidad de la chismografía en Guatemala, ello, debido a su ignorancia y desconocimiento de la verdad; algunas veces por identificación política, religiosa o social admiten argumentos que en principio desechaban; otras dan manifiesto apoyo a la chirmolería porque se proyectan de forma anónima para ser contraparte de otra opinión o comentario.
LAS BOLAS son chismes y opiniones sin fundamento que se cuentan, comentarios y esparcen de forma difusa para que, con el efecto de “bola de nieve” llegue un mensaje al conocimiento de determinados personajes o entidades. Entendemos por “fundamento”, la base ideológica, filosófica o de otro tipo de la que parte un pensamiento, idea, comentario u opinión.