Rómulo Mar
Escritor

SUDAR LOS VERSOS

Cada poema debe ser
una obra de arte total
y no solo mareos
o intentos de lluvia;
o llueve o nada.
Hay que dejar la piel,
el alma y el corazón,
batirse en duelo
con los imposibles
para levantar el triunfo
de la belleza literaria.
Al ruedo se salta descalzo
porque es sagrado
el terreno de la creación
y no se escapa de él
sin una presa en los dientes.
Ve y pon tus rodillas
en las orillas del viento
y ambiciona más,
corre a 100 kilómetros por hora
“regresa con tu escudo
o sobre él”.

TE ENCONTRARÉ, ALEGRÍA

Te he visto entre los niños en recreo.
Te he visto en la cola de un perrito,
en los espléndidos amaneceres del campo;
despuntar en todos los amarillos
y en cada amor que nace.
He visto tu efervescencia
en los carruseles y heladerías.

Te he visto huyendo
de una calle ensangrentada
y de los alaridos
de una madre desconsolada.
He atravesado noches profundas
y caminado sobre las brasas de la ira.
Alegría pura, alegría vital,
que te desnudas en la boca
y eres la boca de la felicidad,
no me niegues tu sabor,
tráelo a mi seco paladar.
Desamarilla
a los corruptos y ladrones,
a los que juegan con la vida ajena
y ven a mí a pintarme estrellitas,
ven a hacerme cosquillas.
Planta sonrisas en mi jardín,
¡por favor!
barre todas mis tristezas de una vez.

Artículo anteriorLo queer, nuevo enfoque para la lectura del arte
Artículo siguienteLa desconcentración