Reinaldo Arenas

La hispanista francesa Liliane Hasson recibió el 10 de diciembre de 1990, en su domicilio parisiense, una carta de ultratumba. Había sido escrita por Reinaldo Arenas días antes de su suicidio, el 7 de diciembre. El escritor cubano, de 47 años, la había entregado en sobre cerrado a su traductora norteamericana. «SI muero, se la envías a Liliane, por favor», dijo. Liliane Hasson conocía a Arenas desde hacía dos décadas y había traducido al francés algunas de sus obras.

Era una carta breve, casi telegráfica, desnuda de cualquier gesto literario. La hizo acompañar con la instrucción de que fuera publicada en el Diario Las Américas, y enviada a todos sus amigos. Poco después de escribirla preparó un cóctel de alcohol y tranquilizantes. Y se lo bebió. Muy pocos días después de que lo hallaran muerto, sus amigos recibieron su última carta. «Ya soy libre», decía… Yo soy libre…
Con información del periódico español El País y cartasenlanoche.blogspot.com

Queridos amigos: debido al estado precario de mi salud y a la terrible depresión sentimental que siento al no poder seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba, pongo fin a mi vida. En los últimos años, aunque me sentía muy enfermo, he podido terminar mi obra literaria, en la cual he trabajado por casi treinta años. Les dejo pues como legado todos mis terrores, pero también la esperanza de que pronto Cuba será libre. Me siento satisfecho con haber podido contribuir aunque modestamente al triunfo de esa libertad. Pongo fin a mi vida voluntariamente porque no puedo seguir trabajando. Ninguna de las personas que me rodean están comprometidas en esta decisión. Solo hay un responsable: Fidel Castro. Los sufrimientos del exilio, las penas del destierro, la soledad y las enfermedades que haya podido contraer en el destierro seguramente no las hubiera sufrido de haber vivido libre en mi país.

Al pueblo cubano, tanto en el exilio como en la Isla le exhorto a que siga luchando por la libertad. Mi mensaje no es un mensaje de derrota, sino de lucha y esperanza.

Cuba será libre. Yo ya lo soy.

Reinaldo Arenas
New York.

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