Roberto Arias
Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
1 Timoteo 6:10.
Afortunada o desafortunadamente, los problemas domésticos de Guatemala son grandes para nosotros, pero son infinitesimales cuando levantamos la mirada y logramos vislumbrar lo que se le viene encima a la humanidad dentro de épocas no lejanas, en términos históricos. Cuando vemos más allá de nuestra recta, plana o apachurrada nariz, veremos que la hambruna se cierne, en África sobre Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.
Según la ONU, más de 20 millones de personas se encuentran en serio peligro debido a la hambruna en África. En sus propias palabras, se trata de la mayor crisis humanitaria en setenta años. Nutrición, salud, higiene, agua y medios de vida serán los primeros campos donde se va actuar, ya que se considera que son los sectores clave para prevenir y ayudar cuando se produce una hambruna.
Aunque hace meses, años en el caso de Somalia, que las ONG advierten de la catástrofe que estaba por llegar, es en los últimos 18 meses cuando la situación más se ha deteriorado. En 2011, Somalia ya sufrió una terrible hambruna que acabó con la vida de 260 mil personas. En la actualidad, 3 millones de personas necesitan asistencia urgente en forma de comida y medios de vida. Unos 200 mil niños están en estado de malnutrición aguda grave.
La culpa y la responsabilidad son del mismísimo ser humano. Los conflictos por el poder y por problemas étnicos han metido a estos países en permanentes guerras fratricidas, obviamente azuzadas por países y entes financieros globales dedicados a vender armas y a robar recursos naturales de toda especie. Todo esto por acrecentar los capitales mundiales que son quienes ponen y quitan gobernantes y secuestran los Estados, particularmente de países débiles como la mayor parte de Latinoamérica, África, las islas de la Cuenca del Caribe, la Polinesia y muchísimos más.
Todo el objetivo y el botín son el poder mundial y el sostenimiento usurero del Capital Transnacional. La élite usa un núcleo hermético de instituciones financieras y gigantescas corporaciones para dominar el planeta. Obviamente todos los presidentes de las naciones del mundo deben obedecer órdenes que emanan de la Élite, aunque a veces ni se lo imaginen y, naturalmente, estas órdenes se distribuyen a los países más poderosos, quienes movilizan, extorsionan y sacrifican a los más ignorantes y débiles por diferentes medios, particularmente por medio de la corrupción y el saqueo.
El dinero es bueno obtenerlo; mas no la codicia con los daños humanos y ecológicos globales que ésta acarrea.
Uno de los distractores para evitar que la gente piense mucho en lo importante, es el fútbol. ¿Cuántos billones de dólares se tiran (con sus respectivos réditos) solamente en cada Mundial de ese deporte? ¿Cuántos billones pagarán al año en salarios a los futbolistas y demás personal de los equipos profesionales mundiales del fútbol?
Piense, culto lector… Continuaremos.