Adriana Grimaldi
Ingeniera
Società Dante Alighieri.
Giorgio Vasari es un ejemplo de algo muy común: la injusticia histórica, grandes hombres poco recordados y a veces poco reconocidos. Aunque en su momento recibió distinciones como la condecoración de la Espuela de Oro por su obra.
Vasari fue bisnieto de Lazzaro Vasari, pintor, nacido en Arezzo en 1399 y muerto en esa misma ciudad en 1468. Lazzaro Vasari, asimismo, estuvo emparentado con el genial Lucca Signorelli (1450-1523) quien fuera su sobrino. Estas raíces artísticas se presentan en Giorgio.
Arquitecto, pintor, escritor, escultor, biógrafo, en total un hombre del renacimiento; realizó importantes trabajos en muchas ciudades de Italia. Su pasión por la investigación de las vidas de grandes escultores, pintores y arquitectos a cuyas biografías muy bien estudiadas le lleva a escribirlas perfilándose como la mejor fuente histórica de las figuras del renacimiento.
Se le considera el padre de la investigación histórica del arte siendo el primer historiador italiano en el ramo. Es el iniciador del concepto: enciclopedia del arte; además, a él se debe el término con el cual se conoce el período más bello del arte, el renacimiento, Rinascita, que es cuando el artesano se convierte en artista y en arte la artesanía.
Vasari es puntal para la historia del arte. Sus escritos plasmados en Le vite de’ più eccellenti pittori, scultori e architettori, “las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos”, le perfilan como el iniciador del estudio de las artes y su historia que hoy se llama historia del arte e historia de la arquitectura.
Su obra comienza con un prólogo técnico sobre la construcción, la escultura y la pintura que agrupa en un concepto único: Artes del diseño. Señala la importancia del método y da una introducción del desarrollo de las artes desde la más remota antigüedad hasta la Edad Media, como la decadencia del arte por problemas sociales, presenta la idea de la renovación social y política, la creatividad humana ya como derecho del artista. El renacimiento como una renovación.
Su concepto del renacimiento es el que se tiene hasta hoy, con el continuo renacer en las artes desde los primeros tiempos. Su obra se publica por primera vez en 1550, una segunda edición ampliada se publica en 1568.
Es él quien acuña el nombre dado a las construcciones medievales que las califica de grotescas y las llama “gótico” dando un término utilizado en toda la historia del arte y de la arquitectura.
Giorgio Vasari nace en la bella Italia un 30 de julio de 1511, en Arezzo, tierra bella y fértil en todo sentido dando genios del arte como Güido de Arezzo a quien se debe la notación musical.
Giorgio Vasari es hijo de Antonio Vasari y Maddelena Tacci. Sus padres viendo las cualidades artísticas de su hijo, a los 10 años, lo llevan a estudios de pintura con Guglielmo da Marsiglia, conocido maestro pintor de vidrierías que recibe la recomendación para el infante nada menos que de Lucca Signorelli familiar de Marsiglia y de Lazzaro Vasari.
Llegando a la adolescencia, con 16 años, gracias a la mediación del Cardenal Silvio Passerini, es enviado a Florencia a estudiar con el escultor Baccio Bandinelli. En este entorno de arte tiene el privilegio de frecuentar el círculo de artistas como Andrea del Sarto y los alumnos de Rosso Fiorentino y Jacopo da Pontormo.
Tuvo la suerte de conocer a Michelangelo Buonarroti –el genial Miguel Ángel– pero no pudo tener amistad relevante con él, Michelangelo partía a Roma en esas fechas; pero el estilo michelangelino influyó mucho en Vasari y su trabajo en la pintura.
En 1529, con escasos 18 años de edad, parte a Roma, donde estudiará la obra de Raffaello Sanzio, el famoso Rafael. No se limita a este genio, estudia a otros artistas romanos pertenecientes a la generación anterior.
Su trabajo en diversas ramas tuvo la calidad suficiente para hacer obras para la familia Medici en Florencia y Roma trabajando además en Nápoles, en su natal Arezzo, Pisa, Módena y Bologna.
Vasari, durante su vida tuvo una excelente reputación y con su vida ordenada obtuvo una buena fortuna. En Arezzo construyó una casa que decoró con mucha paciencia y que hoy es un bello museo dedicado a él.
A pesar de lo agobiante de su trabajo se preocupó por su ciudad y contribuyó con ella siendo nombrado en el concejo municipal como representante. Llegó a tener el cargo de confaloniero (alcalde). Entre sus aficiones está la de coleccionar dibujos en los que se apoyó para tener juicios apropiados artísticos que le sirvieron mucho en su obra literaria y arquitectónica.
Su obra es muy importante en el estudio de la arquitectura. Su principal construcción es el Palazzo degli Uffizi (el palacio de los oficios) en Florencia. Este palacio fue construido en 1560 para Cosme I de Medici y se concluye en 1581.
Un edificio admirable, con un clasicismo único, elegante y distinguido, que hoy es la Galeria degli Ufizzi, un museo maravilloso que alberga pintura, escultura, grabados, tapices y arqueología. Posee obras de genios invaluables, entre ellas: La Anunciación, de Leonardo da Vinci y El inferno, de Alessandro Botticelli. El museo es la pinacoteca más frecuentada de Italia y de Europa, solo para el 2015 se computaron más de 5 millones de visitantes.
Unido a la anterior obra arquitectónica, es necesario nombrar Il passetto del Vasari, un largo corredor que une varios edificios principiando en el palacio Pitti y llegando finalmente al palacio vecchio.
En su faceta de constructor cuenta además con el diseño de las iglesias Basilica di Santa Maria Novella y la Basilica di la Santa Croce. En ellas hizo remodelaciones ya del estilo manierista. En Roma se construye la Villa Giulia en 1552 para el Papa Julio III la cual se construye bajo su supervisión con los constructores Giacomo Barozzi da Vignola y Bartolomeo Ammanati; en la ciudad de Pistoia muchos edificios son de su propio diseño y además tiene a su cargo la remodelación de la Piazza dei Cavalieri en la ciudad de Pisa.
En la pintura, sus obras son primorosas como el Cristo conducido al sepulcro, 1532; Retrato del duque Alejandro de Medici, 1534; Alegoría de la Inmaculada Concepción, 1540; los frescos que ostenta el palacio de la Cancillería en Roma y algunos de los frescos decorativos del Palazzo Vecchio en Florencia (Cronos castrando a su padre Urano). Son suyos los frescos de la Catedral de Florencia (il Duomo) que se ven en la cúpula de Brunelleschi, que lastimosamente no pudo terminar al apagarse su luz de vida. Por último, La adoración de los pastores, relacionada esta obra con el fresco del convento de Santa Margarita en la ciudad de Arezzo.
La Accademia delle arti del disegno fue fundada por Vasari en 1563 bajo la protección del duque Cosme I de Medici y con Michelangelo Buonarroti. La institución contó, además del propio Vasari, con cerca de treinta y seis artistas elegidos en todas las ramas del arte que la escuela podía brindar.
El esplendor de la pintura de Vasari está en el interior del Palazzo Vecchio, en la conocida sala de los quinientos.
En 1563 la sala es depositada en las manos de Vasari para hacer una remodelación decorativa del enorme salón de 52×23 metros. Sus paredes están decoradas con obras del pintor: la conquista de siena, la toma de Porto Ercole, la victoria de Cosme I de Marciano della Chiana, la derrota de Pisa en San Vincenzo, el ataque de Mazimiliano de Austria en Livorno y Pisa atacada por las tropas de Florencia.
La decoración del techo representa, en 39 paneles, los episodios más importantes de la vida de Cosme I. En el centro, la escena de su nombramiento como gran duque de toscana; los barrios de la ciudad y, a ambos lados, junto a las paredes, están seis estatuas, incluyendo el Genio de la victoria de Michelangelo Buonarroti (Miguel Ángel.)
En uno de los muros de este salón existe la posibilidad de encontrase, atrás del fresco de Vasari, la Batalla de Marciano, una obra perdida de Leonardo Da Vinci. La Batalla de Anghiari que posiblemente pudo hacerse en este lugar pero es muy dudoso que Vasari hiciese un trabajo sobre ella por propia voluntad. Si es cierta la existencia de este fresco, lo más prudente es pensar que Vasari recibió la orden de ocupar el espacio. En esta situación, Vasari deja en su fresco la Batalla de Marciano una guía para la búsqueda de la obra de Leonardo. Una frase popular italiana “Cerca Trova” que literalmente es, busca y encuentra. Hoy día se están haciendo estudios con rayos X y fibra óptica para lograr determinar la obra de Leonardo. Hasta hoy, atrás de la obra de Vasari no se ha determinado nada.
En la escultura, su obra es considerable pero se destaca en la iglesia de la Basilica di la Santa Croce, en la sacristía, el monumento funerario dedicado a Michelangelo Buonarroti que fue diseñado en 1570 por Giorgio Vasari.
Giorgio Vasari muere a los 63 años en Florencia el 27 de junio de 1574.
PRESENTACIÓN
Inauguramos este número de nuestro Suplemento Cultural con un texto referido al gran artista renacentista Giorgio Vasari. Si bien, el pintor y arquitecto nacido en Arezzo en 1511 puede parecernos demasiado distante, presentarlo va más allá del homenaje, en virtud del interés por recordar su legado y estimular a quienes desean sobresalir en cualquier disciplina de las bellas artes.
Seguidamente, el antropólogo Carlos René García Escobar, hace un breve recuento histórico sobre “los fieros en Villa Nueva”. En el texto, el investigador explica sus orígenes, el significado y el valor de una tradición que forma parte de la esencia de los villanovanos. Al respecto, Escobar dice lo siguiente:
“La tradición villanovana, el Convite de los enmascarados, surge como una burla a los españoles por un lado y, por el otro, como modo de alejar los malos espíritus o demoníacas influencias. Esto nos induce a pensar que el tal convite es un producto cultural de indios y mestizos”.
El Suplemento cuenta, además, con la contribución especial del escritor y músico, Maco Luna. El autor se refiere a los comienzos de la famosa banda de rock guatemalteco, Cuerpo y Alma. Alude a esos años áureos del rock en donde se interpretaba, por ejemplo, a Black Sabbath y Deep Purple. Por último, se concluye con una invitación para los que desean revivir ese período de renovación rítmica.
Deseamos que disfrute nuestra edición, sin olvidar repasar las propuestas literarias y artísticas de nuestros demás columnistas: Miguel Flores, Juan José Narciso y Saidee Suárez Rocha. Hasta la próxima.