POR VIRGINIA CONTRERAS
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El informe también describe que el año más violento ha sido el 2011 con 134 muertes, siguiéndole a este el 2013, con 124.

_Nac30_4bCampos refirió que aproximadamente hay 30 víctimas cada mes y de continuar con estas cifras, se superará las cifras de años pasados.

Además, resaltó que a mediados de 2011, la violencia en contra de los pilotos del transporte público disminuyó por la implementación de la tarjeta prepago, pero influyó en el aumento de las muertes de los taxistas, pilotos de mototaxis y pasajeros de los buses del transporte colectivo.

La principal causa de los asesinatos de los pilotos del transporte urbano, se debe en su mayoría a las extorsiones que se hacen a los empresarios del transporte. También, se incrementaron los asaltos a los pasajeros pues los pilotos ya no manejan suficiente efectivo. A esto se le suma que el sicario, al tratar de matar al piloto, hiera a los pasajeros.

MEDIDAS INEFICIENTES

La implementación de la ley de los chalecos a los motoristas solo repercutió en gastos innecesarios a la población, pero no fue suficiente para aplacar los crímenes, puesto que el Ministerio de Gobernación no monitorea esa medida, de acuerdo con el análisis del GAM.

Esto se hace evidente porque pilotos y pasajeros de buses siguen siendo asesinados desde motocicletas, dijo Campos.

PROPONEN MEDIDAS DE PREVENCIÓN

El GAM señaló que sería ideal contar con agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) dentro de los buses, en lugar de agentes de seguridad privada, ya que los primeros tienen mayor preparación y un mejor desempeño en un caso de asalto.

Otro punto a considerar son las operaciones encubiertas por parte de los agentes de la PNC. Los pasajeros deben ser acompañados por agentes vestidos de civil, para monitorear alguna situación dentro del autobús y de esta manera poder repeler a algún delincuente que pretenda cometer un asalto.

Las unidades con mayor índice de muertes son Milagro, Mixco y zona 18, por lo que se sugiere que haya también patrullajes motorizados constantes para tener un mayor control, tanto adentro como afuera.

Algunas medidas anteriormente ya implementadas han logrado que las víctimas disminuyan, pero el flagelo no ha sido eliminado.

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