POR KIMBERLY LÓPEZ
klopez@lahora.com.gt

Lucrecia Hernández Mack renunció al cargo de Ministra de Salud cuando el presidente Jimmy Morales confirmó su decisión de declarar non grato al comisionado Iván Velásquez. La decisión tomada por el mandatario, según Hernández, fue un mensaje claro de respaldo a la impunidad y un retroceso en la lucha contra la corrupción. La exministra habla ahora de los efectos y retrocesos que implican para la gestión del Ejecutivo la serie de renuncias que el Gabinete de gobierno ha atravesado. Sin embargo, esta crisis no es más que una consecuencia de las acciones desatinadas y cuestionables de Morales, explica.

La salida de la ministra de Salud también molestó al presidente Morales quien el pasado domingo arremetió contra la exfuncionaria señalándola de ser la responsable de un posible desabastecimiento de insumos para la red hospitalaria del país en los próximos meses.

El mandatario afirmó que de momento tienen cobertura de insumos y medicinas en 80% de la red hospitalaria, pero que podría afectarse para finales de año por compras que no hizo la administración de Mack, “porque la anterior autoridad no hizo las compras correctas”, al mismo tiempo de solicitar que la exministra tuviera el valor de reconocerlo ante los medios cuando sucediera.

Hernández Mack refutó los señalamientos y enfatizó que la intención de Morales era declarar un estado de calamidad para realizar compras de insumos sin licitación, porque ahora contaba con el apoyo de los diputados y proveedores dispuestos a abastecer la red hospitalaria, y retó al Presidente a debatir en público la situación. El vocero presidencial dijo que Mack considera que está en campaña.

Luego en un comunicado de prensa firmado por los exviceministros de Salud también, advirtió que las nuevas autoridades sin hacer aclaración técnica alguna utilizaron un indicador distinto de abastecimiento que no permite hacer comparaciones con los datos que se hicieron en las gestiones anteriores y por eso aparenta haber bajos niveles de abastecimiento.

“Vemos con preocupación que este indicador sea utilizado para dar sensación de crisis de desabastecimiento y decretar estado de calamidad en la red de salud”, indicaron.

Hay otros aspectos relacionados a la gestión de Morales y sus últimas decisiones que únicamente quienes las vivieron de cerca pueden relatarlos, en la siguiente entrevista la exministra de Salud, profundiza en sus percepciones de lo hecho por el Presidente, así como el futuro que podrían tener los programas que impulsaron en un ambiente favorecido para la corrupción debido a las nuevas alianzas del mandatario.

Luego de su salida como ministra del Ministerio de Salud y la reciente salida de otros tres ministros, usted aseguró que esta serie de renuncias eran consecuencia de malas decisiones tomadas por el presidente Jimmy Morales. ¿Qué quiere decir con eso?

El 27 de agosto que el presidente Jimmy Morales toma la decisión de declarar non grato al comisionado Iván Velásquez, destituye al canciller Carlos Morales y al vicecanciller. No solamente han sido cuatro renuncias sino también la destitución del Canciller. Veo que las cinco salidas tienen que ver con la decisión del Presidente, no por la salida del Comisionado sino porque esa decisión termina favoreciendo a los sectores pro impunidad y pro corrupción.

En algún momento con estos ministros hablamos de cómo se ponía en peligro los proyectos que estábamos impulsando, cada uno en su cartera. Cuando el Presidente toma la decisión de declarar non grato al Comisionado inmediatamente fortalece a los sectores corruptos y queda en una posición política debilitada y para sobrevivir necesita negociar apoyos precisamente con estos sectores corruptos.

Estos sectores son justo contra los que nosotros nos estábamos enfrentando, en la medida en que nosotros estábamos ordenando todo el tema de compras, tener mejores prácticas para compra de medicamentos, identificamos cómo el ministerio se prestaba al clientelismo político o redes familiares, empezamos a hacer un ordenamiento de las mafias que han cooptado a los sindicatos, son precisamente los actores que se empoderan.

Aún si nos hubiéramos quedado los proyectos de política pública central y los procesos de fortalecimiento institucional ya no estaban en un terreno fértil sino todo lo contrario. Estábamos en un contexto todavía más adverso y desgastante que le quitaba debilidad a los procesos que impulsábamos. También lo veo en el caso del Ministerio de Finanzas en donde se estaban desarrollando propuestas muy técnicas.

De cierta forma, ¿se está enfrentando el funcionario probo a un dilema al permanecer en su cargo durante esta gestión?

Así es. Primero es un dilema ético. Es muy difícil continuar si uno está promoviendo acciones de transparencia, mejores prácticas internas, en contrataciones y tiene un Presidente que inclina la balanza a favor de los sectores pro impunidad. Si a eso le agregamos que, en el caso del Ministerio de Salud, sabemos que va ser una ficha de negociación su presupuesto, las ONG, la contratación de personal, van a ser utilizados para transar los apoyos; eso da una inviabilidad política.

Sin embargo, se cuestiona mucho el hecho de que dejar el cargo es dejar interrumpidos los proyectos que se habían iniciado.

La decisión de salir de un ministerio es muy dura, es muy difícil. Las razones por las que uno quiere quedarse pesan un montón principalmente por los procesos que se han impulsado, y que uno sabe que se han llevado bien y que uno sabe que al salir estos van a caerse y la institución nuevamente será cooptada. Sin embargo, si no nos íbamos en ese momento nos habríamos ido después. El mismo Presidente en algún momento dijo: “Ministra, su cabeza me la están pidiendo desde el primer día en que yo la puse”. Él estaba recibiendo muchas presiones y en estos momentos viene un año de campaña, en donde se necesitan ministerios que funcionen como maquinaria electoral y como oferta de clientelismo político. En ese contexto el Presidente iba a recibir más presiones. Aunque nos hubiéramos quedado lo más seguro era que él nos hubiera retirado su apoyo.

En el comunicado conjunto en el que los ministros de Trabajo, Finanzas y Gobernación anunciaron su renuncia, explicaban que en la gestión actual se les estaban cerrando los espacios para desempeñarse en sus carteras. ¿Ustedes tuvieron las mismas razones?

Esa fue una de las razones. Lo que vemos es una dinámica en la que el Presidente empieza a tomar decisiones muy equivocadas y a los ministros de su Gabinete les toca asumir y defender esas posiciones. Probablemente algunos de los ministros que han renunciado ya no estaban en la disposición de asumir ese desgaste y estaban en contra de ese tipo de decisiones.

En un contexto político convulso como el actual, ¿cuál es la recomendación para los funcionarios éticos y con intenciones de impulsar proyectos de transparencia?

Creo que los cinco ministros que hemos salido éramos los que teníamos más contradicciones éticas y políticas. Los otros nueve que quedan, creo que son más de la idea de que el Presidente es quien manda. Es una postura menos crítica.

Finalmente, hay que analizar la causa por la que se pelea. Nosotros tenemos muy claro que buscamos el fortalecimiento de la democracia, la participación ciudadana, la rendición de cuenta, lucha contra la corrupción, fortalecimiento institucional… creo que eso es algo que los demás ministros ven. Están encerrados en su cartera, pero no se ven como actores relevantes dentro de procesos de transformación que tienen consecuencias a largo plazo. Por eso mismo no tienen problema en quedarse con el Presidente y compartir sus decisiones.

El necesita ministros que estén dispuestos a transar, a negociar con diputados a hacer propaganda. Si hay una constructora, por ejemplo, que empezó un hospital en algún lado pero el proceso fue anómalo, nosotros en algún momento quisimos revisarlo. Probablemente ahora se necesite un ministro que no cuestione y continúe con los procesos. Es más fácil gobernar transando y no perder el apoyo de ciertos sectores.

¿En qué medida impacta esto a los proyectos que se habían empezado?

En términos institucionales es muy probable que todo regrese a como estaba antes de 2016. La cuestión aquí es que nadie cuestiona nada. En salud teníamos un plan de trabajo bastante claro, con un proceso de rendición de cuentas, pero a los demás ministerios nadie preguntaba, por ejemplo al de Educación, por qué no ha logrado subir la matrícula primaria.

Entonces, siento que en el momento en que estos ministerios siguen haciendo las cosas como siempre no encuentran adversarios que se sientan afectados en sus intereses y que los cuestionen, como le pasó al Ministro de Gobernación.

El gobierno tiene muchas posibilidades de continuar, sea con este Presidente o con el Vicepresidente, pero si termina este período es porque lo van a llevar en hombros los sectores corruptos y pro impunidad.


Los cambios en el Gabinete de Morales desde la crisis

Desde que el presidente Jimmy Morales anunció el domingo 27 de agosto su disposición de declarar non grato al titular de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), Iván Velásquez, son varios los ministros y funcionarios de diferentes rangos los que han decidido poner fin a su participación en el Gabinete de Gobierno.

La decisión conllevó la destitución del canciller, Carlos Raúl Morales, en su lugar el mandatario nombró a Sandra Jovel.

Ese mismo día, Lucrecia Hernández Mack, junto a su equipo de viceministros, renunciaron a la dirigencia del Ministerio de Salud Púbica y Asistencia Social.

Enrique Godoy, quien se desempeñó como comisionado presidencial de desarrollo urbano, competitividad local e infraestructura crítica, también presentó su dimisión ese domingo.

Un día después, Víctor Hugo Godoy, renunció a la Presidencia de la Comisión Presidencial Coordinadora de la Política del Ejecutivo en materia de Derechos Humanos.

Mientras que el 19 de septiembre, un día antes del paro nacional, el ministro de Finanzas, Julio Héctor Estrada, el de Gobernación, Francisco Rivas y la titular de la cartera de Trabajo, Leticia Teleguario, decidieron presentar sus renuncias.

Estrada, uno de los funcionarios más cercanos al presidente Morales, habría sido el encargado de las reformas al Código Penal que eximían a los Secretarios Generales de los partidos políticos de responsabilidades relacionadas al financiamiento electoral ilícito y por ende al mismo mandatario, lo cual advirtió La Hora en varias ocasiones.

Esa situación ha negado Estrada en varias oportunidades, aunque hace unos días el medio digital Nómada publicó audios en los que se escucha que el titular de Finanzas conocía del tema.

Tanto Estrada, Rivas y Teleguario permanecen en sus cargos, presidente Jimmy Morales declaró al respecto de las renuncias que “no podemos pensar que cualquier persona puede decir hoy renuncio y mañana me voy, todo tiene que tener un proceso, tenemos que verificar las personas idóneas y adecuadas”.

Además, adelantó que habrá más cambios, no solamente en las tres carteras a las que los funcionarios renunciaron.

“Cuando el presidente toma la decisión de declarar “non grato” al Comisionado inmediatamente fortalece a los sectores corruptos”
Lucrecia Hernández Mack, exministra de Salud

“Es muy difícil continuar si uno está promoviendo acciones de transparencia, mejores prácticas internas, en contrataciones y tiene un Presidente que inclina la balanza a favor de los sectores pro impunidad”
Lucrecia Hernández Mack, exministra de Salud

El mismo Presidente en algún momento dijo: “Ministra, su cabeza me la están pidiendo desde el primer día en que yo la puse”. Él estaba recibiendo muchas presiones
Lucrecia Hernández Mack, exministra de Salud

“Él –Presidente- necesita ministros que estén dispuestos a transar, a negociar con diputados a hacer propaganda”
Lucrecia Hernández Mack, exministra de Salud

 

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