Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

El de ayer fue de esos días que marcan un punto de inflexión porque asimilar que vivimos en un país cuyo sistema permite hechos como los imputados a Alejandro Sinibaldi (y que son soólo la punta de un gran Iceberg) y a otros sindicados el día de ayer, nos hace ver que no hay futuro si seguimos bajo las mismas reglas.

Sinibaldi, como los pasados ministros del ramo en la era democrática, se sirvió del poder para utilizar el aparato estatal como una máquina para hacer dinero y hace unos días, yo mencionaba en un artículo que mucha gente juega bajo las reglas de un sistema podrido y lo mira normal. Por esas reglas a Julio Ligorría se le imputa un hecho relacionado a su influencia con el poder para resolver una guerra de titanes entre Tigo y Telgua.

Decían ayer en la conferencia de prensa que constataron que se han quemado evidencias y ni siquiera se puede imaginar uno qué más hay detrás de todo el entramado del saqueo por las pruebas que se hicieron humo, y aún falta el Caso de Oderbrecht que el ex ministro de comunicaciones Comunicaciones siempre calificó como un proceso basado en un papelito shuco.

Ahora le toca el turno a nuestra maltrecha y cooptada justicia cumplir su función y a los acusados defenderse, pero lo que es innegable es que en estas condiciones el país no tiene viabilidad, que nuestros hijos no tienen un futuro sostenible (aunque existan medios económicos) y a quienes no han sido tan privilegiados en la vida, se les confirma que bajo este modelo de operación del Estado tienen la pobreza y la falta de oportunidades garantizadas de forma vitalicia.

Ayer mismo cuando la CICIG y el MP anunciaban la investigación de la UNE (más vale tarde que nunca), el mismo Tribunal Supremo Electoral (TSE) le daba a FCN y a la UNE una aberrante licencia para seguir siendo partidos empresas (como los que aquí operan), demostrando que ante los ojos del Registro de Ciudadanos del TSE el financiamiento electoral no es algo de consideración. Por eso es que Sandra Torres y Manuel Baldizón todavía tienen grandes aspiraciones.

Hoy nos podemos dedicar a abordar este caso desde diversos puntos de vista y cada quien tendrá su opinión, pero lo que es innegable es que las cosas deben cambiar aunque nos tarden 2 o 3 años (como dijo el Ministro de Finanzas en torno a una nueva matriz de compras), porque por dónde donde uno voltee a ver, la institucionalidad está tomada hasta la médula.

No por gusto los guardianes del sistema se la están jugando al todo por el todo. Si queremos tener futuro, necesitamos un nuevo sistema de justicia, un nuevo sistema de compras, un nuevo sistema político y de partidos políticos, un nuevo sistema de rendición de cuentas, nuevos modelos en salud y educación que nunca serán posibles bajo este esquema.

Esta práctica de las comisiones ha venido desde hace muchos años y ha permitido a alguna gente, juntar capital para luego hacer dinero en negocios con los que pretenden dar la apariencia de legalidad en todo lo que hacen y, además, son negocios con los que «socialmente» pretenden explicar un dinero mal habido desde su origen.

Reitero que si no quiere ver masmás casos de corrupción que lo escandalizan (y le rompen el corazón de pensar en los muchos niños que sufren por las capturas al igual que los niños a quienes por la corrupción se les niegan las oportunidades), usted debe ejercer su papel ante un Congreso que se muestra como la mejor defensa para que lo desnudado ayer siga siendo posible, buscando además, minar cualquier esfuerzo de cambio para que el hueveo y el saqueo sean el común denominador sin que la CICIG y el MP estén chingando, como bien dijo el diputado de la UNE, Mario Taracena.

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