Francisco Cáceres Barrios
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No debemos dar ni un solo paso atrás en la búsqueda del severo castigo que se merecen quienes utilizando sus influencias hayan presionado a los jueces para favorecer a la jefa del partido oficial. También para evitar que sigan siendo amenazados los jueces de sufrir perjuicios por no fallar a favor de parte interesada. Mucho menos, retroceder en evitar que los magistrados sigan cobrando elevadas sumas de dinero a cambio de dictar sentencias a favor de los gestores. Digo lo anterior porque si somos buenos observadores, notaremos que si algún beneficio pudo haber traído que pisotearan las normas legales que nos rigen en defensa de intereses mezquinos, ha sido el espontáneo sentido de defensa colectivo que surgió para evitar el abuso de poder cínicamente puesto en evidencia.
Ahora es cuando la unión alcanzada, relativamente en tan poco tiempo, debiera consolidarse para diseñar una estrategia útil para recuperar poco a poco la capacidad ciudadana de elegir a nuestros representantes en el Congreso, lo que malos políticos nos fueron arrebatando hasta llegar a ser puestos a dedo y las curules vendidas al mejor postor por los partidos políticos. Recuerden que para ello no se necesita modificar la Constitución sino la Ley Electoral, la que debiera ser propuesta por la sociedad civil y no por quienes por su culpa se ha estado haciendo pedazos nuestra incipiente democracia.
Por favor no nos equivoquemos más. Ya no estamos para seguir esperando que el maná caiga del cielo. Ahora y no mañana, debiéramos poner manos a la obra para acabar con la impunidad y con tanto manipuleo surgido con la postulación y elección de candidatos para integrar las cortes de justicia. Ahora y no mañana la presión social debe continuar y no cejar en exigir tanto a los tribunales del país, como a todos los integrantes de los tres poderes del Estado el apego irrestricto a las leyes del país. Mucho esfuerzo, dedicación y empeño podría volverse pérdida de tiempo.