Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

«El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices.»
Oscar Wilde

La actualidad rebasa, en muchas ocasiones, aspectos de suyo importantes, como lo es la realidad del futuro del país, veamos, leemos todos los días las noticias sobre corrupción en casi todos los ámbitos de la actividad pública, los procesos judiciales en la que se encuentran inculpados exfuncionarios públicos abarcan buena parte de los titulares de todos los medios de comunicación.

Adicional a lo anterior, una de las noticias que más sobresale por su continuidad en el tiempo, son los crímenes contra las mujeres, crímenes que lejos de disminuir han aumentado, pero existe en los mismos un sujeto, que desafortunadamente ha quedado marginado del drama social que se vive como consecuencia de cada muerte que se hace pública, asumiendo que no todas son noticia, las mujeres que pierden la vida, en forma violenta ocupan índices cada vez mayores, pero detrás de cada muerte existe una historia, y en muchas quedan niños huérfanos de madre, y no todos tienen padre, ¿Qué es de ellos? ¿Existen políticas públicas en su apoyo? Las respuestas serían, la familia se hará cargo, y no existen políticas públicas favorables a ellos.

Creemos que se hace necesario comprometer parte de los recursos del Estado, en apoyo a todos los infantes, que se quedan emocionalmente golpeados por la ausencia de la madre, y económicamente también, ya que muchos de los niños que quedan huérfanos después de la muerte violenta de la progenitora, ya sea ésta calificada como un delito de feminicidio, o como un delito de otra índole, el problema lo tiene la familia, o el niño o niña y quien se haga cargo de ellos, pero tanto la familia, como terceros viven un cambio en su forma de vida, en la que el Estado como tal debe intervenir en apoyo a los niños y niñas víctimas directas de la muerte de la madre.

Se hace necesario entrar a conocer de fondo este tipo de problemas, no podemos seguir viviendo en una sociedad en la que diariamente pierden la vida como mínimo una mujer, y no apoyar de forma directa a sus descendientes, para que su vida sea menos complicada, ya que no se ha brindado la seguridad deseada para evitar que la madre pierda la vida, las políticas gubernamentales de seguridad pública manifiestan un déficit más que evidente, al no proteger la vida del ser humano, dentro de las que se encuentra la de la mujer que es asesinada tanto por su pareja, como por cualquier tercero, no se ha respetado la misma, lo ideal sería que no tuviéramos que estar en este predicamento, sin embargo, atendiendo a que no existe respuesta en materia de seguridad que debería ser un reclamo social generalizado, creemos se debe apoyar a los infantes que se han quedado huérfanos producto de la violencia.

Alguien se preguntará ¿Y los demás niños? La respuesta es: Ningún niño debería encontrarse desprotegido en un estado democrático, y en ese sentido creemos que dentro de las tantas falencias que presenta nuestro sistema, la niñez es la gran perdedora, ya que no existe dentro del programa real de ningún gobierno en turno, programas eficientes de apoyo a la niñez desprotegida y necesitada por la pérdida de la madre, como consecuencia de cualquier delito.

Los diputados que en teoría representan a todos los guatemaltecos, derivado de nuestro sistema electoral, tienen en sus manos principalmente apoyar a los más necesitados, por medio de la creación de una ley que provea las herramientas necesarias, para obligar a los gobiernos en turno a que cumplan con una de las garantías elementales de la Constitución, como lo es el Bien Común.

Uno de los problemas que afronta una sociedad como la nuestra, estriba en que, para lograr que los gobiernos cumplan con sus obligaciones elementales, tiene que ser por medio de la coacción de una ley de obligatorio cumplimiento, de no ser así no se cumple, desafortunadamente así funciona la sociedad guatemalteca.

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