Rolando Alfaro Arellano
“La naturaleza no admite engaños”
(Thomas Carlyle)-
– Dedicado a LA HORA
I
La República de Guatemala no tiene que envidiar a otros países por la naturaleza que posee: montañas, lagos, afluentes, volcanes. Pero, lamentablemente algunos malos guatemaltecos a la fecha no han querido reconocer su verdadero valor.
En ese sentido, afirma el gran escritor Miguel de Unamuno que: “Sentir la Naturaleza no es cosa de analfabetos: se la siente en la cabeza cuando se está en sus secretos”.
Por otra parte, así como entidades humanitarias, así deberían existir entidades que sensibilizaran el corazón de cada uno de los guatemaltecos para respetar la naturaleza que les vio nacer.
Lo anterior, nos ha llevado al estudio permanente del Derecho Ambiental, para valorar jurídicamente la sensibilidad humana de los connacionales. Pero desgraciadamente nos hemos encontrado con un valladar bastante difícil de pasar, éste es el de los piratas, delincuentes y poco respetuosos de su entorno humano que no les permite ver a la naturaleza ni a la humanidad con respeto y admiración.
Lo anterior le ha hecho enorme daño a nuestra tierra del Quetzal, y es tremendo sentir que quienes nos rodean persisten egoístamente en depredar nuestro entorno y el de las futuras generaciones.
Asimismo es doloroso apreciar que muchos ciudadanos que habitan el territorio nacional, sólo reaccionan cuando los males los tienen encima, por ejemplo: la pérdida del territorio de Belice, los crímenes, robos al tesoro nacional, incendios y terremotos así como fraudes y un interminable etcétera.
La situación de la destrucción moral y social es increíble y cada día con tanto crimen, robo, y delitos a granel van a la fuerza logrando entronizarse en el pobre pueblo.
Esta nueva serie de artículos, en consecuencia, tienen la finalidad de ir señalando las pocas leyes de efecto ambiental y los estudios que sobre el tema se han efectuado en el país.
Continúa…
