Foto cortesía UVG

Desde marzo de 2020, las clases magistrales quedaron atrás. El encierro forzoso y la distancia social hizo que varias instituciones educativas dieran un giro en sus sistemas e innovaran con plataformas tecnológicas para combinar la enseñanza presencial y virtual. Se conoce como educación híbrida.

En esta dinámica los estudiantes debieron cambiar su forma de interactuar, trabajar y aprender. La principal característica de la educación híbrida es que tiene, al menos, dos audiencias: una presencial y otra remota. Por otro lado, esa interacción puede ocurrir sincrónica o asincrónicamente; es decir, en tiempo real o en tiempos distintos.

“No importa donde estén esas audiencias y en el momento en que ocurran esos procesos de enseñanza y aprendizaje, la calidad debe de ser la misma y ambos grupos deben lograr los mismos aprendizajes. Ese es el reto más grande: tratar que esa flexibilidad alcance los mismos aprendizajes”, comenta Angélica Rocha, directora general de Dirección de Innovación y Tecnologías para el Aprendizaje (DITA), de Universidad del Valle de Guatemala (UVG).

De acuerdo con el profesor uruguayo Claudio Rama, esta es una combinación virtuosa y que ofrece bondades, especialmente en la educación superior.

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EXPERIENCIA EN UVG

Implementar la educación híbrida en una institución es un proceso que conlleva tiempo y esfuerzo. “Los avances que se tenían al incursionar en metodologías activa e infraestructura instalada, permitió que los docentes dieran fácilmente ese salto a diferencia de otras instituciones”, comenta Rocha.

Ciertamente, es una modalidad compleja porque tener dos audiencias no es fácil y tener la capacidad de darle atención a un público presencial y otro remoto, conlleva mucha práctica y un diseño intencional para atender a las necesidades de ambos grupos.

Desde antes del 2020, en DITA de UVG se ha trabajado mucho, aseguran, en desarrollar las herramientas, tanto para el docente como para el estudiante; puesto que ambos tienen que acostumbrarse a las dinámicas de esta modalidad. Estas estrategias buscan integrar la tecnología para transformar esos procesos de enseñanza-aprendizaje en competencias efectivas para los estudiantes.

Foto cortesía UVG

LA EDUCACIÓN HÍBRIDA EN EL CIT

Aunque el Centro de Innovación y Tecnología (CIT) no estaba concebido para situaciones de pandemia o de continuidad académica, hoy está acondicionado para el efecto, asegura Rocha.

El CIT no solo cuenta con las aulas para el aprendizaje activo y laboratorios sino también la infraestructura que le permite la continuidad académica necesaria para los retos a futuro.

En el mundo, las instituciones educativas han fijado su atención ante un contexto cambiante de eventualidades, en donde la mayoría de los estudiantes opten por una modalidad educativa híbrida, que sea más flexible a sus necesidades.

Aquí cuatro elementos clave para que el modelo híbrido sea exitoso, de acuerdo con expertos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Nuevas habilidades y perfil del docente.

  1. Contenidos y plataformas.
  2. Información y seguimiento de estudiantes.
  3. Equipamiento, infraestructura y conectividad.

 

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