Marco Tulio Trejo

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Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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Marco Trejo

En las últimas semanas han ocurrido tres incidentes donde un perro ha atacado a una persona y se ha puesto en el tapete de discusión si la Ley de Bienestar de Animales, cumple la función para la cual fue promulgada.

Algunos expertos han coincidido en que el Congreso de la República hizo una copia barata de una ley española, la cual ha sido modificada porque no cumplía con las expectativas para lo cual fue creada en aquel país. Años después en nuestro país fue realizado el Reglamento, pero las autoridades no cumplen con dicha norma, la cual se encuentra dormida en alguna gaveta.

Muchas personas les echan la culpa a los perros y les tienen animadversión a los Pitbull, pero ellos son la responsabilidad e imagen del dueño, quien es el que los educa y acostumbra a convivir con los demás canes o personas ajenas al hogar, pero lo que pasa es que a muchos los mantienen encadenados y eso les afecta en su personalidad porque los vuelve agresivos.

Si a todo esto le sumamos que los tratan mal y que no se preocupan por los perros, entonces tenemos a una mascota que si puede ser considerada peligrosa. Lo que ha faltado es hacer cumplir la Ley para el Control de Animales Peligrosos, por medio del Decreto 22-203, que ahora cuenta con un reglamento, pero que no se aplica.

En dicha ley se menciona que cada Gobernación Departamental debe tener un registro para emitir licencia de tenencia de animales catalogados peligrosos, pero la Unidad de Registro no existe y el Ministerio de Gobernación nunca ha asignado fondos para la operatividad.

Lo que se busca con esta ley es tratar de hacer responsables a los dueños de lo que hagan sus mascotas, así como obligarlos a cumplir con normas de sanidad animal.

El primero de los casos se suscitó en la zona 11 de Mixco, en el momento que una niña, de año y medio, fue atacada por otro perro, la infanta lamentablemente falleció. El otro hecho se produjo en la colonia La Chácara, zona 5, al ser atacado otro niño de 4 años, aparentemente porque alguien dejó abierta la puerta de entrada.

El tercer caso, en menos de un mes, fue en la colonia Guajitos, donde otro niño de 9 años también fue atacado por otro perro. Los dos últimos niños solamente sufrieron mordeduras y fueron atendidos en un centro asistencial.

Sí la ley fuera cumplida el responsable, propietario o cuidador de los perros que atacaron a los tres niños deberían ser sancionados con una multa de Q11 mil 969.48, equivalente a cuatro salarios mínimos mensuales.

Esto debido a que los dueños incurren en una infracción grave cuando permiten que los perros anden sueltos sin el cuidado de persona responsable en la vía pública. La legislación determina que el propietario tiene la obligación de mantener en condiciones apropiadas a su mascota y que ésta sea sociable y con eso evitar que se vuelvan agresivos.

El ente encargado de velar porque se cumpla esta ley pertenece al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), pero también se encuentra atada por falta de presupuesto, mientras que los cuerpos de socorro reciben alrededor de 25 llamadas de alerta por mordidas de perros, lo cual es preocupante porque no existe educación en el tema.

Es importante que las autoridades pongan atención en este asunto, más cuando una niña ha perdido la vida, por lo que se hace necesario que se hagan campañas de educación para el cuidado y atención de las mascotas, ya que se la sataniza a los Pitbull y ellos no son los responsables de la conducta agresiva, sino la forma como los han educado los dueños.

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