El estado de gestación en una mujer conlleva cambios fisiológicos y presentan alteración en la salud de la madre, estos síntomas son imprescindibles porque permiten el desarrollo de un ser vivo en el interior del cuerpo de la mujer.

Durante 40 semanas de embarazo (nueve meses) la madre sufre cambios graduales, estos varían en cada persona, se puede decir que depende de la salud, edad, complexión física, rutina alimenticia, etc.El primer trimestre de embarazo representa un tiempo de cuidados especiales para la madre; alimentación, hidratación, rutina adecuada de ejercicio, descanso, etc. Hay cambios que son más evidentes que otros, por ejemplo; los metabólicos no son tan notorios como los cambios conductuales y emocionales.

El primer trimestre de embarazo representa un tiempo de cuidados especiales para la madre. Foto: La Hora

Por el contrario, hay cambios que se derivan de enfermedades previas o factores predisponentes tales como: preeclampsia, diabetes gestacional, insuficiencia cardiaca, etc.A lo anterior, es importante realizar chequeos médicos constantes para que un médico evalúe el proceso de gestación y poder prevenir cualquier anomalía que afecte la vida de la madre y del bebé.

LH Bienestar te presenta algunos cambios durante los trimestres de embarazo. Cabe mencionar que no ocurre de la misma forma para todas las mujeres, hay quienes tienen síntomas intensos y en otras suelen ser muy leves.

PRIMER TRIMESTRE DE EMBARAZO

Luego de que el óvulo fecundado se anida en el útero, una parte de las células da origen a la placenta y otra parte al embrión.

Debes notar todo tipo de cambios en tu cuerpo, por ejemplo: aumento de peso, agitación, dificultad para respirar, etc. A partir de este momento, el cansancio se incrementará como medida de defensa para los meses posteriores.

Hinchazón o calambres en las piernas, para ello es necesario realizar una rutina de ejercicio leve y adecuada que te permitirá mantenerte activa.

En este proceso de adaptabilidad se requiere paciencia, ya que tu cuerpo se está preparando para dar vida. Foto: La Hora

El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos recomienda hacer ejercicios cardiovasculares leves, por ejemplo, caminar 30 minutos al día, hacer bicicleta sin ningún tipo de resistencia, ejercicios de tonificación con pesas pequeñas en repeticiones cortas.

Esta rutina disminuirá los dolores e incluso favorecerá el sueño de la progenitora.

Aunque cada mujer reacciona de diferente manera, en esta etapa aparecerán las náuseas, mareos y vómitos, y es normal que en algunas ocasiones sientas mucho apetito y otros días no quieras comer nada.

En este proceso de adaptabilidad se requiere paciencia, ya que tu cuerpo se está preparando para dar vida. Por ello, debes asesorarte por profesionales y no dejarte llevar por rumores o ideas de otras experiencias que pueden influir temor.

SEGUNDO TRIMESTRE DE EMBARAZO

En esta etapa los malestares pueden disminuir, sin embargo, para algunas mujeres persisten durante toda la gestación.

Los cambios físicos son más notorios, caderas anchas y el vientre ha aumentado de tamaño, por lo que queda poco rastro de cintura. En este caso, a partir del quinto mes tu bebé se comenzará a mover más y lo percibirás con frecuencia.

En el segundo trimestre los cambios físicos son más notorios. Foto: La Hora

Pueden aparecer síntomas como estreñimiento, gastritis, colitis y exceso de gas. Antes de ingerir cualquier medicamento debes consultar con tu médico sobre los medicamentos aptos para cada condición.

No dejes de lado el cuidado de tu piel, recuerda que a modo que tu vientre se expande, tu piel se puede agrietar provocando estrías, por lo que puedes comprar en el supermercado cremas humectantes, te ayudarán a aliviar la comezón y el ardor.

Las cremas o aceites con vitamina E no han demostrado ser tratamientos para prevenir estrías y es posible que estas nunca desaparezcan. Pero pueden volverse más claras, lo que las hace menos notorias después del embarazo.

TERCER TRIMESTRE DE EMBARAZO

Se incrementan algunas molestias como dolores de espalda debido al peso del bebé y es más evidente el crecimiento de tu abdomen, lo que es un indicativo que pronto lo conocerás.

Procura descansar lo más posible, casi se acerca la hora del nacimiento y es posible que tus horas de sueño se disminuyan por atender al bebé.

La placenta necesita sangre, por lo que tu corazón bombeará más rápido para transferirla, es normal sentir cansancio.

Recuerda que desde las primeras semanas el bebé percibe las emociones. Foto: La Hora

Al final del embarazo se incrementan las ganas de orinar, se pone duro el abdomen (contracciones sin dolor).

La altura del abdomen disminuye, se percibe presión en la parte baja de la pelvis y el bebé empieza a acomodarse para nacer.

Finalmente recuerda que desde las primeras semanas el bebé percibe las emociones, lo importante es que acaricies tu abdomen, escuches mús
ica relajante y le hables para que reconozca tu voz.

¿QUÉ SITUACIONES DEBE EVITAR UNA MUJER EMBARAZADA?

Raúl Artal, médico especializado en Ginecología, Obstetricia y Medicina Materno Fetal de la Escuela de Medicina de la Universidad de Saint Louis, Estados Unidos, recomienda que la pareja debe preguntar a su médico los factores que pueden afectar a la salud de la madre y la del feto.

Artal menciona algunas de las situaciones que la mujer embarazada debe evitar, para prevenir cualquier anomalía:

Es altamente prohibido consumir tabaco o alcohol, no procurar estar cerca de personas que se encuentran fumando ya que exponerse al humo de tabaco exhalado por otras personas pueden dañar al feto.

Tocar arena de gatos o sus heces, a menos que estos animales no salgan de los límites de la casa y no se relacionen con otros de su misma especie, ya que el contacto puede transmitir la toxoplasmosis, una infección causada por un protozoo que daña el cerebro del feto.

Procura descansar lo más posible. Foto: La Hora

No estar expuesta a climas calurosos durante mucho tiempo, en el periodo del embarazo la temperatura corporal aumenta y por consiguiente estar bajo el sol directo puede causar un golpe de calor.

Tener contacto con personas que padezcan rubéola u otras infecciones que pueden dar lugar a anomalías congénitas.

Tener contacto con alguien que padezca varicela o herpes zóster, a no ser que la mujer cuente con los resultados de una prueba que demuestre que ha tenido varicela con anterioridad y es inmune a ella.

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