Por Grecia Ortíz
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Victorina Morales, una guatemalteca que trabajó para una de las empresas privadas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump y que habló públicamente de su situación, se enfrenta ahora a un proceso de deportación, según le explicó su abogado a The Washington Post.
Morales, quien habló públicamente sobre la dependencia de Trump en trabajadores indocumentados, solicitó a los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE. UU., (USCIS) que le otorgaran un proceso de asilo a la connacional, debido a la violencia en su país de origen.
No obstante, USCIS rechazó la solicitud argumentando que la guatemalteca espero demasiado tiempo para presentar su solicitud.
Las solicitudes de asilo deben presentarse dentro de un año de su llegada a los EE. UU., sin embargo, Morales no hizo ese proceso hasta que estuvo en ese país durante 19 años.
“Ella abogó por una excepción a la regla de un año, con el argumento de que las circunstancias habían cambiado: la violencia en Guatemala había empeorado, y ahora era más un objetivo debido a su perfil público”, explica la nota The Washington Post.
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A la solicitud, la agencia respondió que esta había sido trasladada a un juez de inmigración para que la juzgara bajo procedimientos de expulsión, esto fue firmado por el director de la oficina de asilo de Newark de la agencia.
Dado que el caso fue trasladado a un juez, si este rechaza su solicitud ella podría ser deportada, según lo explicó Aníbal Romero, su abogado.
«La máquina de inmigración ha comenzado, para sacarla del país», mencionó Romero para The Washington Post, aunque añadió que la cita en la corte está programada para el 26 de agosto y que es poco probable que enfrente deportación en ese momento, dado que estos procedimientos pueden tomar un año o más.
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LLEGÓ A EE. UU. EN 1999
Morales ingresó de manera irregular a EE. UU., en 1999 y trabajó por cinco años como ama de llaves en el campo de golf de Trump en Bedminster Nueva Jersey, lugar en el que limpiaba parte de las instalaciones utilizadas por el ahora presidente y su familia.
La guatemalteca estuvo cerca como para ver discusiones familiares y aprender los hábitos personales de Trump: “jabón de primavera irlandés en la ducha, dos contenedores y medio de Tic Tacs en la oficina y maquillaje de cara de Bronx Colors listo”, cita el artículo The Washington Post.
Por su labor, Morales estaba presente pero casi invisible para la residencia, pero, a fines de 2018, la guatemalteca y una ex empleada de Trump, Sandra Díaz, decidieron hacerse visibles y revelar que el ahora presidente había empleado a trabajadores indocumentados.
En ese entonces, Morales le refirió a ese medio que se sentía motivada a hablar por los duros comentarios de Trump sobre migrantes indocumentados.
«Está actuando de esta manera sabiendo que estamos trabajando para él por dentro», mencionó la connacional.
Tanto Morales y Díaz contaron su historia al New York Times y posteriormente, The Post identificó a docenas de inmigrantes indocumentados que habían trabajado para las propiedades de Trump durante más de una década.
DESPIDIERON A EMPLEADOS INDOCUMENTADOS
Sin embargo, tras las revelaciones, la misma organización de Trump empezó a despedir a sus trabajadores indocumentados y se identificó, según ese medio, a 18 personas que habían sido despedidos de al menos cinco propiedades.
El argumento que expusieron es que habían sido engañados por sus trabajadores y que los despidieron tan pronto como se dieron cuenta de su estado de indocumentados.
«Nuestros empleados son como la familia, pero cuando se les presentan documentos falsos, un empleador tiene pocas opciones», dijo Eric Trump, quien dirige el negocio de su padre día a día, el año pasado.
Morales ya había renunciado a su empleo y el año pasado, habló en varios eventos políticos, incluida una protesta frente a una de las manifestaciones de campaña de Trump.
«Estamos aquí para mostrar nuestras caras, no solo para nosotros mismos, sino para los 11 millones de inmigrantes (indocumentados) que están aquí en el país», aseguró la guatemalteca, según la nota de ese medio.