El proyecto ha logrado llegar a varias comunidades, principalmente del departamento de Huehuetenango que ha reportado altos índices de migración. Foto: Cortesía

Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

Con el objetivo de generar un impacto en la vida de agricultores y sus familias el proyecto de Soluciones Innovadoras para Cadenas de Valor Agrícola en Guatemala de USAID, bajo la Iniciativa Mundial del Gobierno de EE. UU., contra el Hambre y la Inseguridad Alimentaria, Feed the Future, y que es implementado por una empresa guatemalteca, ha logrado llegar a varias comunidades, principalmente del departamento de Huehuetenango que ha reportado altos índices de migración.

En entrevista para La Hora, Germán González, director del proyecto implementado por Agropecuaria Popoyán, S.A., contó que este ha llegado a decenas de personas, algunas de ellas migrantes retornados, que ahora aprovechan sus cultivos y buscan salir adelante en sus comunidades.

El programa según contó, es una alianza público-privada que se replica en varios países del mundo, incluyendo a Guatemala y que pretende prevenir las causas de la pobreza así como de la desnutrición infantil.

Esta es la primera vez que el proyecto se implementa en una empresa del sector privado que ganó la convocatoria del proyecto, con la búsqueda de mejorar los ingresos de agricultores en el Altiplano del país, es decir en departamentos como Quiché, Huehuetenango, San Marcos, Quetzaltenango y Totonicapán.

El programa es una alianza público-privada que se replica en varios países del mundo, incluyendo a Guatemala. Foto: Cortesía

“Lo que propusimos hacer con esta alianza público-privada con el gobierno de Estados Unidos y USAID es poder realizar mejoras en la forma en la cual los agricultores realizan sus actividades en estos cinco departamentos”, comentó.

La empresa que trabaja este proyecto dice que tiene 40 años de trayectoria, la misma es dirigida por guatemaltecos y su giro de negocio es hacer crecer las semillas y llevar las cosechas a mercados tanto nacionales como internacionales en donde se puede vender la producción agrícola.

PROYECTO TIENE UNA DURACIÓN DE CINCO AÑOS

Así que durante estos años, han evaluado las formas en que la agricultura puede tener un mejor rendimiento y productividad, esto les sirve para escalar las soluciones a agricultores y que las puedan tener a la mano y sean sostenibles cuando el proyecto finalice, pues el mismo inicio en 2017 y finaliza en 2022.

“La idea es que podamos tener una cantidad de agricultores que puedan mejorar sus condiciones de productividad… con acceso a mercados mucho más fáciles puedan tener mejores ingresos y que puedan ser destinados a la mejora de sus condiciones de vida tanto de agricultores y agricultoras, pero también para sus familias”, explicó.

Además, buscan incidir en la condición nutricional de niños, porque de esa manera se pueden desarrollar de mejor manera y se puede evitar causas como problemas sociales, entre ellos, la migración ya sea dentro o fuera de Guatemala.

El programa ya ha llegado a 12 mil 500 productores y sus familias, pero la meta es alcanzar a 36 mil 500 personas y sus familias de 30 municipios del Occidente

El programa ya ha llegado a 12 mil 500 productores y sus familias. Foto: Cortesía

Para iniciar el trabajo, el equipo técnico trabaja en identificar cultivos en una cantidad de departamentos y luego en municipios que están predefinidos por USAID y que poseen altos valores de desnutrición crónica, así es como han ubicado a agricultores y los invitan a participar.

“Lo que hacemos es identificar a los productores y este programa funciona en una medida en la cuál pueda tener sostenibilidad todas las intervenciones, es decir, no es el tradicional programa en donde solo una parte pone, sino que aquí cada una de las partes ponemos algo”, expresó.

Así que el agricultor pone su mano de obra, insumos de trabajo y capacidad de tener un área de producción, pues en promedio tienen entre 2 a 3 cuerdas de terreno.

LOS ORIENTAN A DIVERSIFICAR CULTIVOS

Popoyán entonces pone a disposición soluciones innovadoras que permiten al agricultor subir la escala de su cosecha, así pasan de cultivar maíz a sembrar amaranto, con metodología y protocolos que le permitan cuadruplicar los ingresos que tendrían.

En ese orden, González recuerda que tienen la experiencia de trabajo con un grupo de cien mujeres en una parte del Corredor Seco en donde se está introduciendo el cultivo de amaranto y de tener dos cuerdas de maíz, una de las productoras, produce ahora en un ciclo de cultivo 2 mil quetzales de ganancia.

“Aquí hay un mercado que está empezando a crecer tanto en Guatemala para el uso de amaranto para distintas formas de preparación, pero también en mercados internacionales empiezan a pedir amaranto y es un cultivo que había estado en la zona y que le permite a este grupo de agricultoras tener una opción de diversificación”, dijo.

En una parte del Corredor Seco se está introduciendo el cultivo de amaranto y se tiene dos cuerdas de maíz. Foto: Cortesía

Así que con lo que les queda, las familias tienen la opción de mejorar en su vida.

González señala que son alrededor de 30 cultivos los que pueden producirse en el Altiplano, dado que en el lugar puede sembrarse cultivos considerados de frío y calor, así que muchos tienen experiencia en varios.

Por ello, el proyecto se enfoca en subir el nivel de cada agricultor, en ese sentido explica que de los beneficiarios se estima que un 30 por ciento son mujeres, muchas de ellas son jefas de hogar o simplemente porque tienen producciones propias.

“Los incorporamos a un proceso en donde ellos reciben asistencia técnica, capacitación, seguimiento de parte de nuestro equipo de trabajo en donde se les acompaña paso a paso de poner la semilla hasta vender el producto en algún mercado, les ayudamos a que esa producción se de en una mejor manera”, dijo.

AL TENER OPCIONES NO BUSCAN MIGRAR

En cuanto a productores de tomate contó que han trabajado para mejorar la forma en que se siembran, por ejemplo, en algunos casos están dejando de utilizar químicos en cantidades considerables y así fue como uno de los agricultores experimentó frutos de mejor calidad y que le permitieron venderlo en otro lugar.

El proyecto se enfoca en subir el nivel de cada agricultor, en ese sentido explica que de los beneficiarios se estima que un 30 por ciento son mujeres. Foto: Cortesía

Así que los agricultores prueban las tecnologías, las ponen en práctica y luego hacen su inversión con el objetivo de generar una más grande, “tratamos la manera que con el con el cultivo que ya saben puedan darles mayores ingresos”.

También cuenta que han tenido experiencias con agricultores que han estado en EE. UU., que han visto tecnologías en ese país y que ahora buscan implementarlas en sus propias producciones.

“Estas opciones hacen que los agricultores encuentren oportunidades en sus comunidades y Guatemala, que no tengan el deseo de migrar ni siquiera a la capital, sino tener una capacidad de quedarse cerca de su familia, que no solo lo agradecen ellos sino también sus esposas”, expresó González.

De hecho, el entrevistado conto que un 7 por ciento de los agricultores que son parte del proyecto son migrantes retornados de Estados Unidos, así que han logrado incluir esas opciones para que se establecieran de nuevo en Guatemala.

RETORNADO COSECHA TOMATE EN CONDICIONES MEJORADAS

Uno de los productores de tomate, contó que tiene dos años de haber vuelto al país, esta persona dice que migró porque su cosecha no le había dado la oportunidad de superarse.

“Cuando regreso y nos encontró y de alguna manera estábamos trabajando en la misma comunidad donde vivía y le enseñamos que la producción de tomate no es necesario que se use solo químicos para salir adelante de plagas y enfermedades. Ahora tiene en promedio 12 a 15 cuerdas de tomate en condiciones mejoradas”, contó González.

Asimismo, refirió que dentro del proyecto se tiene un programa de Cambio de Comportamiento con el que orientan a las familias con la nutrición para que puedan consumir alimentos con mejores nutrientes y que estos los puedan aprovechar.

Muchos de los hogares también han logrado cambios, por ejemplo, pasaron de tener un piso de tierra a uno de cemento, lo que ayuda a que los niños tengan mejores condiciones de higiene.

Dentro del proyecto se tiene un programa de Cambio de Comportamiento con el que orientan a las familias con la nutrición para que puedan consumir alimentos con mejores nutrientes. Foto: Cortesía

Esto incluye mejores prácticas de higiene y debido a que para la emergencia actual se recomienda el distanciamiento social, el proyecto sigue, pero con el apoyo de la tecnología, así que los técnicos apoyan a los agricultores a la distancia, pero siempre pendientes de lo que estas puedan necesitar a la hora de cultivar.

“Lanzamos una herramienta en una APP de celular para poder seguir dando la asistencia técnica en los lugares donde sí nos fuera imposible entrar… es una herramienta pública y que usamos con los agricultores del proyecto”, mencionó.

ESPERAN COMPRAR UN TERRENO PARA SEMBRAR MÁS CULTIVOS

Uno de los relatos de cómo el proyecto ha influido en la vida de las familias guatemaltecas es el de Bernarda, quien dijo que la agricultura ha sido un medio de subsistencia para ella desde niña y hasta ahora que ya formó una familia con su esposo.

Según cuenta, debido a que en los últimos años la familia no obtenía los resultados esperados, su esposo decidió migrar hacia EE. UU., pero al año y medio de estar allá volvió al país endeudado y enfermó.

Tras pasar ese tiempo decidieron continuar con el cultivo de tomate y ahora que este ha progresado esperan a futuro ahorrar para la compra de un terreno en donde puedan seguir produciendo.

Además de este hay más personas que mencionan como la asesoría del proyecto les ha permitido incrementar las ganancias de su trabajo en otro tipo de cultivos, entre aguacate, maíz y frutos como las fresas.

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