Por Christoph Sator
Hobart
Agencia (dpa)

Malos tiempos para pingüinos, elefantes marinos y otros animales de aguas frías: los planes para crear una enorme reserva marina en aguas del Polo Sur fracasaron hoy en la conferencia internacional que se celebra en la ciudad australiana de Hobart.

La idea era crear en la Antártida una reserva natural en aguas del mar de Weddell, en el sur del océano Atlántico, que comprendía 1.8 kilómetros cuadrados, cinco veces el tamaño de Alemania. De haberse logrado hoy, se habría creado la mayor reserva natural marina del mundo. Según los participantes, los planes fueron bloqueados sobre todo por Rusia y China, pero también Noruega opuso resistencia.

La iniciativa era una propuesta de la Unión Europea y contaba con el apoyo de defensores del medio ambiente de todo el mundo. Para acordar la creación de esta zona se precisaba la aprobación de todos los participantes. Tras dos semanas de consultas en Hobart, la capital de la isla de Tasmania, hoy quedó claro que el proyecto no saldrá adelante.

El año próximo se volverá a intentar. La Convención para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR), que reúne a más de una decena de países, es el organismo que está al frente de este tema.

En el mar de Weddell, que lleva el nombre del navegante británico del siglo XIX James Weddell, viven más de 300,000 pingüinos emperador. Además, allí se puede encontrar una docena de tipos de ballenas, así como numerosos tipos de focas y aves marinas. También en el suelo marino habitan numerosos animales que no existen en ningún otro lugar.

Hasta la fecha, el mar de Weddell no sufrió la explotación de la pesca, en parte porque grandes partes de estas aguas están siempre cubiertas por una capa de hielo. Sin embargo, debido al cambio climático las flotas pesqueras se adentran cada vez más en sus aguas para buscar krill y merluza. En las áreas más al norte se pescan cientos de miles de toneladas de krill.

Los ecologistas reaccionaron con una «enorme decepción». Greenpeace señaló que la Convención perdió una gran oportunidad. «Sin reservas más grandes los mares no superarán amenazas como el calentamiento global, la basura de plástico y la sobrepesca», indicó. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) aseguró: «Corremos el riesgo de perder una de las últimas regiones vírgenes del océano».

Los ecologistas lamentan la falta de voluntad política para impulsar el proyecto y que pesen más los intereses comerciales que la defensa de estos ecosistemas marinos únicos.

El mar de Weddell es el más grande de los que rodean la Antártida, un territorio internacional. Numerosos países tienen allí una estación científica. Según el acuerdo suscrito en 1959, sólo se puede hacer uso del territorio con fines pacíficos. El año pasado se declaró una reserva marina en el mar de Ross, un área similar a cuatro veces el tamaño de Alemania.

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