MOSCÚ
Agencia (AP)

Una investigación determinó que el fallo en el lanzamiento de un cohete ruso hace tres semanas, que tuvo que ser abortado dos minutos después del despegue, estuvo causado por un sensor que se dañó durante el montaje, explicó un funcionario ruso.

El cohete Soyuz-FG, que iba a trasladar al astronauta de la NASA Nick Hague y al de Roscosmos Alexei Ovchinin a la Estación Espacial Internacional, falló poco después de despegar el 11 de octubre e hizo que su cápsula de emergencia aterrizase de forma abrupta en la Tierra. Los dos hombres llegaron sanos y salvos a una estepa de Kazajistán en el primer incidente de este tipo en el programa espacial tripulado de Moscú en más de tres décadas.

El Director de la agencia espacial rusa había culpado del fallo al mal funcionamiento de un sensor, pero no explicó qué ocurrió exactamente.

Según la pesquisa, el sensor se dañó durante el ensamblaje final en la plataforma de lanzamiento en Kazajistán, dijo a reporteros Oleg Skorobogatov, director de la investigación.

Los cohetes de Roscosmos se fabrican en Rusia y luego se trasladan en tren al cosmódromo kazajo de Baikonur, que está alquilado por Moscú.

La última vez que Rusia abortó el lanzamiento de una capsula tripulada fue en 1983, cuando dos cosmonautas soviéticos salieron despedidos y aterrizaron después de una explosión en la plataforma de lanzamiento. Más recientemente, el programa espacial ruso se ha visto afectado por una serie de lanzamientos fallidos de satélites que incluían naves no tripuladas.

Las autoridades están tomando medidas, incluyendo someter a todo el personal de ensamblaje a pruebas de competencia y a formación adicional, para asegurar que este tipo de incidentes no vuelven a repetirse, explicó Skorobogatov.

El fabricante de los cohetes también desmantelará los dos que se montaron recientemente y que está previsto que se lancen en las próximas semanas y volverá a ensamblarlos, agregó el funcionario.

Responsables espaciales rusos planean poner en órbita dos naves no tripuladas antes de volver a enviar a astronautas a la EEI. Estaba previsto que los actuales tripulantes del laboratorio orbital Serena Aunon-Chancellor, de la NASA; el ruso Sergei Prokopyev y el alemán Alexander Gerst regresasen a la Tierra en diciembre tras una misión de seis meses, pero tendrán que quedarse al menos una o dos semanas más para garantizar que el traslado va bien antes de que lleguen los nuevos habitantes a principios de diciembre.

Actualmente, las soyuz rusas son el único medio de enviar personas a la estación espacial luego de que Estados Unidos retirase su flota de transbordadores. Moscú estaría a punto de perder el monopolio con la llegada de las cápsulas tripuladas Dragon, de SpaceX, y Starliner, de Boeing.

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